Luciana Salazar y Martín Redrado están inmersos en una feroz guerra judicial que parece no tener fin. La actriz presentó una demanda para establecer la cuota alimentaria de su hija Matilda, nacida producto de la subrogación de vientre con un donante de esperma en el contexto de su relación con el economista.
Después de una mediación fallida, la tensión entre ambos se acrecentó, y el conflicto por la manutención de la pequeña está dejando en evidencia no solo las diferencias legales, sino también personales.
Según declaraciones de Gustavo Descalzi, desde Punta del Este, en febrero podrían haber novedades sobre el caso. Sin embargo, Redrado no estaría dispuesto a aceptar un nuevo acuerdo dado que "él dice que hubo incumplimiento del acuerdo de guardar silencio sobre situaciones que afectan su honorabilidad".
Por su parte, la modelo expresó su frustración: "Nada resuelto. Sigue todo igual. En el peor momento. En cualquier momento va a haber noticias. Es lamentable todo, hay una menor y se vulneran sus derechos hace casi tres años".
La actriz reveló que su hija está al tanto de la situación, aunque no tiene una comprensión total de lo que está sucediendo. "Ella no lo quiere ni ver. Cuando ve una imagen de él me pide que se la saque porque vio sufrir a su madre", contó, dejando entrever la herida emocional que esta pelea causó en la niña.
El conflicto no solo se centra en los aspectos legales, sino también en los efectos que está teniendo en Matilda, quien parece sentir el peso de la disputa. Mientras la Justicia avanza lentamente, Luciana mantiene la esperanza de que la situación se resuelva y su hija recupere sus derechos. "Si Dios quiere, se va a acomodar todo y saldrá todo a la luz", concluyó.