Viene de meses muy duros, en los que tuvo que enfrentar nuevamente el diagnóstico del cáncer ya que se le disparó por tercera vez la enfermedad y él, firme, le volvió a dar pelea. A los70, Aníbal Pachano sigue activo y si bien hace un tiempito se bajó de los escenarios, está con sus participaciones en Bendita dos veces a la semana y con su ciclo Aló Pachano, los domingos al mediodía por Radio Nacional. El artista, que se convertirá en abuelo por primera vez en enero próximo ya que su hija Sofía está embarazada junto a su pareja, el actor Santiago Ramundo, recibió la noticia de que se agranda la familia en un momento muy sensible de salud.
De todo eso y de su presente habló con Pronto en esta entrevista fuera de casete, con las emociones a flor de piel y en un contexto especial: su propia casa. Allí, en el cómodo living de su departamento de Almagro, Aníbal expresó: “Ahora estoy en recuperación, ocupándome de la salud y de todo el quilombo que se generó en estos últimos meses. Desde marzo que vengo así, con quilombos”.
-¿Fueron meses difíciles?
-Sí. Laboralmente igual que siempre. Estoy con Aló Pachano, en Radio Nacional AM870 los domingos de 12 a 14. Y a Bendita voy dos o tres veces por semana, de acuerdo a cómo se organizan. Estoy con tele y radio, sí, y totalmente agotado con el sistema médico. Ya me las puso al plato, de tanto médico y de uno que se cruza con el otro.
-¿Hoy por hoy cómo estás?
-Tengo cáncer de pulmón, con metástasis en el cerebro pero el pulmón sigue disparando. Se disparó ahora otra vez y me di cuenta porque me caí en la calle: me pegué un porrazo, me hicieron una tomografía y una resonancia y ahí saltó que había un punto arriba del riñón. En realidad, ese punto estaba ya cuando me fui a Turquía con Sofía a finales del anteaño pasado.
-¿Qué te pasó en ese viaje?
-En ese viaje, tuve una diverticulitis. Son como unas mini bolsas que se generan en el intestino. Tampoco sé mucho y trato de preguntar lo menos posible con tal de resolver rápido el problema. Eso fue como una alerta y después de eso, tuve un absceso en la espalda. Eso me generó una infección y me terminaron operando ese absceso, que es como un grano. Todo eso sucedió mientras estaba esperando el resultado de la primera tomografía de abdomen. Ahí se descubrió que el cáncer se había disparado a la suprarrenal derecha, que es una glándula ubicada arriba los riñones.
-¿Qué hiciste?
-Me hice sacar la vesícula, limpiar el hígado, ver la grasa del cuerpo, etcétera, etcétera. Para todo eso, Fleni me derivó a la Fundación Favaloro, a un doctor que se llamaba Barros Schelotto, que es hermano de los futbolistas y es un capo total. Sabía que tenía los mejores equipos, tanto en Fleni como en Favaloro.
-¿Ahí te operaron?
-Sí. Me operaron, me recuperé y se niveló la diabetes, cosa rarísima. Pero al mes teníamos que empezar la primera quimioterapia y en una tomografía de rutina descubrieron que se había disparado al hígado eso que me habían operado. En la primera operación no se dieron cuenta y esta vez, sí. Como tenía que entrar a las quimio, iban a atacar las dos cosas a la vez: suprarrenal e hígado. Y así estamos, en ese proceso.
-¿Seguís con quimioterapia?
-Sí. Ahora ya terminé la tercera quimio y en unos días me hago la cuarta. ¿Cómo salgo de las quimio? A veces me tumba, a veces me da más sueño, o estoy con menos ganas de salir. No tengo tanta hambre muchas veces, y hay momentos que sí: me comería todo. Como estoy bien de peso y volví al peso del 2010, no quiero aumentar un gramo de nada.
-¿Te estás cuidando?
-Sí, me cuido y como lo que siempre como: sano. Me cocino yo y no como nada de harinas por la diabetes y porque sube todo y complica todo. Sí como fruta y determinadas verduras que puedo comer y que me gustan. Como me cocino yo, lo hago a mi gusto. Como mucho pescado, pollo, carne.
-Entonces, ¿de salud ahora estás controlado?
-Estoy controlado y voy rumbo a la cuarta quimio. ¿Si me maquino antes de entrar? Y, sí. Pensás mucho porque no me imaginé que iba a disparar para el lugar que disparó el cáncer.
-En el medio de todo esto, la noticia linda es que Sofía está embarazada.
-Ay, sí, voy a ser abuelo. En el medio de todo el quilombo que te conté, nos enteramos de que venía un bebé en camino. ¿Cómo fue? En el momento fue duro porque fue una alegría maravillosa, pero que se me estaba dando en el momento en que yo tenía que hacerme el estudio final previo al diagnóstico.
-Qué mezcla de sensaciones, ¿no?
-Tremendo. Ya se sabía que había un problema pero yo tenía que hacerme este estudio, que se llama PET. Es una cosa corporal y te detecta exactamente los puntos complicados que tenés en el cuerpo. Lo tenía que hacer en Escobar al estudio, entonces me fui a la casa de Sofía, que es en una zona cercana a Fleni de Escobar. Esa noche, me dijo que íbamos a comer ravioles pero yo le respondí: “¿Cómo voy a comer ravioles, Sofía, si tengo que hacerme un estudio en el que el azúcar me tiene que dar 100?”. No podía comer pasta y le pedí una ensalada o un tomate cortado al medio.
-¿Y qué pasó?
-Me dijo que no había podido preparar nada. “Se me complicó” y qué sé yo y no sé cuánto, me explicó. La cuestión fue que me trajeron una caja ravioles. No entendía nada yo y qué hacían con esa caja. “Bueno, a ver si te gustan”, me dijo mi hija y cuando abrí la caja de ravioles, vi una lapicera. Pensé que era una lapicera de diabetes hasta que me di cuenta de que era un test de embarazo. Y ahí, bueno, vino la noticia y la emoción.
-¿Lloraste?
-Sí. Sí, porque es fuerte. Es tu única hija y que de golpe te diga: “Vas a ser abuelo”, fue un baldazo hermoso.
La entrevista completa con Aníbal Pachano está en la edición digital de noviembre de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera haciendo click en este enlace