Enamorada de su marido, Lucas Rodríguez, Barbie Vélez disfruta del verano junto a él y su hijo, Salvador, en Carlos Paz, donde están trabajando en familia en la comedia Suspendan la boda, en el Teatro Candilejas 2. Allí comparte el escenario con su mamá, Nazarena Vélez, Santiago Caamaño y Facu Gambandé.
Casada hace cuatro años con Lucas, con quien está en pareja hace ocho, la actriz por primera vez contó en qué momento puntual se enamoró de su marido y cómo la afectaron los rumores del supuesto parentesco ya que Lucas es el hijo de Fabián Rodríguez, ex pareja de su mamá, Nazarena Vélez.
-¿Por qué Lucas es el amor de tu vida?
-Justamente por eso: es la persona más buena que existe en el mundo. Es súper compañero y si tengo que ir a hacer tal cosa, él me acompaña. Está en cada detalle y cuando me tiene que decir algo, me lo dice. Me conoce como nadie y con él puedo ser yo misma en mi máximo esplendor, que sé que él nunca me va a juzgar. Es un súper compañero, lo admiro mucho y hoy que lo veo como padre me enamora más que nunca. Es excelente como padre y como hermano. Ya lo había visto con Thiago y lo sabía.
-Qué loco que hayas tenido el amor ahí, a la vuelta de la esquina.
-¡De la esquina literal! Llevó su tiempo darnos cuenta. Hoy hace ya ocho años que estamos juntos, un montón, y en 2021 nos casamos. Si bien nos conocíamos, lo empecé a mirar diferente el mismo día que empezamos a salir. Antes jamás lo había visto de otra forma.
-¿Cómo se dio?
-Me empecé a hacer más amiga de Cami, su hermana, con quien tampoco yo tenía mucho vínculo. Pero bueno, me hice amiga de Cami, empezamos a salir y cuando lo comencé a conocer más a Lucas en esas reuniones y salidas, de repente lo miré de otra manera. Es un sol.
-¿Quién dio el primer paso?
-Siento que fue medio en conjunto. Nos estábamos viendo tanto en las salidas que de pronto nos empezamos a gustar. Así que fue algo mutuo.
-Se habló mucho del parentesco que los unía. ¿Cómo te afectó?
-Te voy a ser sincera: jamás fui de ponerme a ver lo que dicen de mí. Es más, nunca me busqué en Twitter ni en Google ni nada. Siempre le huí a eso; odio esas cosas. Como siempre lo viví del lado de mi mamá porque prendía la tele y estaban hablando de ella, entonces de chica siempre tuve ese rechazo. Si hablaban de ella, prefería apagar la tele y listo. Nunca me morboseé ni me enojó ni dije: “Uy, este anda diciendo esto”. Porque sabía que a esa persona me la iba a encontrar en algún momento, que es un laburo y que nada es personal.
-Qué madura.
-Sí, en eso sí. Prefería no engancharme en eso y con mi vida lo mismo. En este caso ponele si estaban hablando algo, no me enganchaba. Sabía que se estaba hablando de mí porque no puedo hacer oídos sordos pero tampoco quedarme morboseándome y viendo qué se estaba diciendo exactamente. Aparte para nosotros y para nuestro entorno estuvo todo siempre tan claro, que no hacía falta decir nada. Nadie de nuestro entorno nos hizo un planteo o una pregunta porque era tan evidente la relación, que todo fue mucho más natural de lo que te puedas imaginar.
-Vos hija de Naza y Lucas hijo de Fabián: no había lazo sanguíneo de por medio.
-No solo no había sangre de por medio porque vos podés considerar a alguien parte de tu familia por el vínculo. Pero en nuestro caso al no tener vínculo, no había nada que nos uniera. Es como lo que te pasa por alguien que ves una vez por año, ¿entendés? Era mucho más allá de hasta la sangre. Al no haber vínculo, no había nada.
La entrevista completa con Barbie Vélez está en la edición digital de febrero de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera haciendo click en este enlace
Fotos: Luis Varela