El legendario actor Gene Hackman y su mujer, la pianista Betsy Arakawa, fueron encontrados muertos esta madrugada del 27 de febrero en su casa en Santa Fe, en Nuevo México, según confirmó la policía a la prensa local. Junto a ellos también apareció muerto su perro. Todavía no se revelaron las causas de las muertes. La noticia conmovió al mundo que durante años admiró el talento del actor.
Eugene Allen Hackman, para todos Gene Hackman, nació el 30 de enero de 1930 en el mismo lugar donde murió, Nueva México. Vivió una niñez tranquila pero cuando cumplió 13 años su padre los abandonó y vio cómo su madre pasaba de trabajo en trabajo intentando mantener a la familia. A la inestabilidad laboral se le sumaron continuas mudanzas hasta instalarse en la casa de su abuela materna en Illinois.
Gene se transformó en un adolescente enojado con la vida. Conoció la cárcel cuando estuvo una noche detenido por robar dulces y gaseosas de un almacén, además abandonó la escuela luego de pelearse con el entrenador de básquet. A los 16 años mintió sobre su edad y se alistó con los marines. “Fue una de esas locuras que la gente hace y que cambia su vida para siempre”, explicaría. Estuvo cuatro años en la fuerza y no fue un marine destacado; lo castigaron tres veces por abandonar sin autorización su puesto como operador de radio. Su carrera militar terminó después de un accidente en moto que le costó la fractura de un hombro y ambas piernas. Lo consideraron no apto para el servicio y le dieron de baja.
Se anotó para estudiar periodismo en la Universidad de Illinois pero duró apenas seis meses. A los diez años habìa afirmado que quería ser actor y retomó ese sueño. Se anotó en Pasadena Playhouse, una escuela de teatro de California. Entre sus compañeros pronto se hizo amigo de un muchacho de estatura pequeña pero talento enorme, un tal Dustin Hoffman. Ambos actores llegarían a brillar en Hollywood pero aunque parezca increíble cuando en la escuela de arte dramático se elaboró una lista de los “alumnos con menos probabilidades de triunfar”, Gene y Dustin la encabezaron. Pero faltaba lo peor: luego de tres meses a Hackman lo echaron por falta de talento. En una escala del 1 al 10, sacó 1,50.
Lejos de rendirse Hackman se mudó a Nueva York, al tiempo se unió Hoffman. Al dúo se sumó Robert Duvall. Los tres solían recorrer la ciudad buscando acceder a algún papel marginal. Para mantenerse Gene trabajó en una radio, fue camionero, taxista, mozo, vendedor de zapatos, empleado de una farmacia, ascensorista y lustrador de sillones en el edificio de una automotriz. Recién a los 30 años alcanzaría sus sueños de actor.
La gran oportunidad llegó en 1964 con un papel en la obra de Broadway Any Wednesday. Ese mismo año fue elegido para una película llamada Lilith, protagonizada por Warren Beatty. Beatty quedó tan fascinado con su trabajo que tres años después le ofreció el papel del hermano mayor de su personaje, Buck Barrow, en Bonnie and Clyde, lo que le valió a Hackman su primera nominación al Oscar. Ese actor de aspecto duro, voz ronca y presencia imponente -medía1,88 metros- comenzó a trabajar con los mejores directores de la época como Arthur Penn, Francis Ford Coppola, Alan Parker, Woody Allen y Clint Eastwood. En 1972 en 1972 por su papel en Contacto en Francia ganó su primer Oscar.
Ente sus papeles más recordados aparece el archienemigo de Superman, Lex Luthor. Papel que repitió en 1980 y 1987 en Superman II y Superman IV, respectivamente. Protagonizó películas que se convirtieron en clásicos como Bajo el fuego, Sin salida, Hoosiers o Mississippi en llamas, película dirigida por Alan Parker sobre los derechos civiles en el sur de Estados Unidos. En 1992 ganó un Oscar como mejor actor de reparto por Los imperdonables, el western de Clint Eastwood.
Durante su carrera filmó más de 80 películas tanto que se ganó el mote de “el actor más trabajador de la industria”. Podía pasar de un drama militar y patriótico, a un filme de intriga y luego brillar en una comedia porque como lo definió Eastwood -que algo de actores sabe- “Hackman siempre es bueno, incluso si la película no lo es”. Para él su éxito radicaba en que “tengo el aspecto de un tipo normal. Lo que intento es poner lo máximo en mis personajes, tanto lo malo como lo bueno, jugar con lo que sea pertinente. Y actuar siempre llevado por la angustia, con esa certeza de que no voy a ser suficientemente bueno”.
A Faye Maltese, su primera esposa, la conoció en Nueva York, en 1955, cuando era ese joven que pasaba de trabajo en trabajo y perseguía su sueño de actor. Se casaron y tuvieron tres hijos. Hackman reconoció que no siempre estuvo presente para ver crecer y acompañar a sus hijos Christopher, Leslie y Elizabeth. Recién pudo recomponer el vínculo cuando ellos eran adultos. Luego de 30 años en común, se separó de Maltese, enamoradísimo de Betsy Arakawa, una pianista tres décadas menor.
En 2004 anunció, en una entrevista con Larry King, que se retiraba de la actuación para dedicarse a la pintura y la escritura “valorando la libertad del oficio literario”.Su retiro no fue sorpresivo. Desde los 65 años que anunciaba que se jubilaría y a los 70 años aseguraba que si bien disfrutaba de su trabajo “el negocio me gusta cada vez menos porque hay mucha tensión y siempre hay en juego tanto dinero que interfiere con el trabajo. Estoy un poco cansado de Hollywood pero la actuación me encanta”.
Se mudó a Nuevo México, se dedicó a pintar y escribir. Solía andar en bici, cuidaba él mismo su jardín y cada vez que podía se iba a pescar. Con su esposa solían mirar películas pero jamás una en la que actuó. Alan Parker aseguraba que “Cada director tiene una lista corta de actores con los que moriría por trabajar, y apuesto a que Gene está en cada uno de ellos”. Hackman hoy se despidió nos queda el recuerdo de su talento y la melancolía de no disfrutarlo más.