Julián Weich es, sin dudas, una de las figuras más queridas de la televisión argentina. Con una trayectoria que lo llevó a conducir programas emblemáticos como Sorpresa y 1/2, Todo es posible y Justo a tiempo, el actor y presentador logró ganarse el cariño del público gracias a su calidez y compromiso con causas solidarias. Sin embargo, más allá del reconocimiento en los medios, hay un rol que lo llena de orgullo y que considera el más importante de su vida: ser padre.
A sus 57 años, Julián Weich ha construido una familia numerosa y mantiene un vínculo cercano con sus hijos. Durante su relación con Valeria Wainer, nacieron Iara, Jerónimo y Tadeo. Luego, con su segunda pareja, Bárbara Esses, tuvo a su cuarto hijo, Tomás. Además, decidió ampliar su familia al convertirse en padrino de dos jóvenes de Mozambique, Larcio y Jossias, quienes vivieron en Argentina durante una década y compartieron experiencias con sus hermanos.
Si bien Julián Weich ha mantenido su vida familiar alejada de los reflectores, en algunas ocasiones ha compartido detalles sobre el presente de sus hijos. En una reciente entrevista con Pronto, reveló: "Los chicos están muy bien. Tadeo tiene 25 años y está dando clases de esquí en Japón. Jerónimo, que es mi hijo hippie y sustentable, vive en la zona de Los Hornillos, en Córdoba, y está enfocado en la reutilización de ropa. Iara, la mayor, tiene 32 años y maneja su propio negocio de ropa usada en Capital. Y el más chico, Tomás, tiene 19 años, estudia en la facultad, trabaja y le va bárbaro".
A pesar de que cada uno de sus hijos ha elegido caminos distintos, el conductor se muestra orgulloso del vínculo que mantienen. "Siempre intenté que crezcan juntos y compartan momentos, y lo logramos", expresó. Su hija Iara, quien recientemente se casó con su novio Manuel Montoto, le agradeció a su padre por haber cuidado siempre su privacidad.
Jerónimo, por su parte, decidió adoptar un estilo de vida más natural y austero. Weich contó que quiso experimentar la vida de su hijo de primera mano y se animó a vivir con él en condiciones totalmente diferentes a las de la ciudad. "Yo me fui a vivir con él a lugares donde no había ni baño ni celular. Estuve diez días, viviendo en carpa, en comunidad, para entender su forma de vida y disfrutarla. Ahí uno puede ser feliz con muy poco cuando es una decisión propia", relató.
Además de ser un padre presente, Weich lleva más de 30 años como embajador de UNICEF, una labor que lo llena de satisfacción. En sus redes sociales, donde tiene miles de seguidores, comparte constantemente proyectos solidarios y mensajes de concientización.