La vida de Agostina Alarcón, hija de los reconocidos actores Claribel Medina y Pablo Alarcón, dio un giro inesperado en el último año. La joven decidió dejar atrás su vida en Argentina para probar suerte en Estados Unidos, donde emprendió un proceso de transformación personal y profesional. En ese camino, optó por un cambio de identidad: ahora se llama Maia Marabotto, en un intento por adaptarse a su nuevo entorno y abrirse paso en la industria artística estadounidense.
La decisión de mudarse a Estados Unidos no fue parte de un plan meticuloso, sino más bien una apuesta impulsiva. Como ella misma relató en una entrevista, el año pasado tomó la decisión de viajar junto a su madre sin saber que esa experiencia marcaría un antes y un después en su vida. “Nunca había venido a los Estados Unidos. Y el año pasado, de un día para otro, decidí venir con mi mamá. En principio le dije que me quería quedar un mes. Y a la semana cambié el pasaje”, explicó.
Con apenas una valija de mano y algunas prendas básicas, llegó a Miami sin demasiadas certezas sobre su futuro. Lo que no imaginaba era que, en cuestión de horas, encontraría su primer trabajo en la ciudad. “Aterricé en Miami y conseguí trabajo el primer día que llegué”, reveló. Desde entonces, su vida se convirtió en un torbellino de nuevas experiencias.
Uno de los primeros desafíos con los que se encontró fue la pronunciación de su nombre. Según contó, “A los americanos les costaba pronunciar ‘Agostina’ y decidí cambiármelo. ¡Ahora me llamo Maia!”. Pero el cambio no fue solo estético ni una cuestión de adaptación cultural, sino también un símbolo de su nueva etapa. Para completar su transformación, optó por utilizar el apellido de soltera de su padre, Marabotto.
A pesar de la incertidumbre que implicaba mudarse a otro país sin nada seguro, Maia logró establecerse con rapidez en la ciudad. Se integró a la industria del entretenimiento, trabajando en distintos eventos y participando en múltiples producciones. “Fui como a cuatrocientas fiestas, ya ni me acuerdo en qué lugares estuve”, comentó con humor.
El cambio no solo significó una reinvención profesional, sino también una evolución personal. En apenas seis meses, Maia logró cumplir varios de sus objetivos, lo que la llevó a confirmar que “el sueño americano sí existe”. En ese corto período, pudo comprarse un auto y ahora proyecta mudarse sola. “También hubo una transición de cambios de trabajo. Ahora estoy en un lugar que me gusta, aprendiendo un oficio, está bueno”, reflexionó.
Desde su llegada a Miami, Maia Marabotto se ha sumergido en una nueva cultura y ha sabido adaptarse a las oportunidades que le fueron surgiendo. Su transformación es un reflejo de su determinación por hacerse un lugar en un mercado competitivo, sin miedo a los cambios ni a los desafíos.