La residencia de Nicolás Cabré es un refugio de lujo y serenidad, donde el actor argentino ha logrado fusionar comodidad, sofisticación y naturaleza, destacándose por su imponente jardín. Este espacio verde no solo ofrece tranquilidad, sino que refleja la pasión de Cabré por el diseño paisajístico y el entorno natural.
Uno de los elementos más sobresalientes en su jardín son las Palmeras y Araucarias. Las Palmeras, con su elegante forma de abanico y altura imponente, añaden un toque exótico y tropical, creando un ambiente fresco y sombreado, perfecto para los días calurosos. En tanto, las Araucarias, con su figura majestuosa y longevidad, aportan un aire de resistencia y belleza única al jardín, además de enriquecer la biodiversidad del espacio. Estas plantas requieren cuidados específicos, como una adecuada exposición solar y riego, lo que refleja el cuidado y dedicación de Cabré.
La combinación de Palmeras y Araucarias crea una armonía visual entre la frescura tropical y la majestuosidad de los árboles, demostrando el enfoque detallado y personalizado del actor en el diseño de su hogar. Además, su jardín cuenta con otros elementos decorativos, como una piscina remodelada para asemejarse a una playa, con olas artificiales y cascadas, que convierten este rincón en un verdadero paraíso.
El actor ha demostrado ser un amante de la jardinería, dedicando tiempo a mantener su jardín en perfecto estado, lo que no solo resalta su buen gusto, sino también su compromiso con la naturaleza y la sostenibilidad. Sin duda, la casa de Nicolás Cabré y su jardín son una muestra clara de cómo un diseño paisajístico bien ejecutado puede transformar un espacio en un santuario de paz.