En el corazón de Anillaco, provincia de La Rioja, se levanta una de las propiedades más emblemáticas del país: La Rosadita, la majestuosa mansión que alguna vez fue residencia del expresidente Carlos Menem y que hoy, en manos de su hija Zulemita, forma parte del circuito turístico provincial. Más allá de su imponente arquitectura y de su rica historia política, uno de los rincones que más llama la atención en esta residencia es su impactante piscina, símbolo de una época marcada por el poder, el lujo y los grandes encuentros sociales.
Construida en 1997 por los arquitectos Hernán Maciel y Alberto Rosi, la casa fue concebida como una verdadera casa de campo de alto nivel, con detalles clásicos y una estética cuidada. Su diseño tradicional evoca las antiguas viviendas rurales, con una galería que recorre su perímetro, un inmenso parque y espacios concebidos para el descanso y el entretenimiento. La piscina, ubicada en una zona destinada al relax, es uno de los tesoros mejor conservados del predio.
A lo largo de los años, La Rosadita fue testigo de innumerables momentos históricos. Por sus ambientes desfilaron desde figuras del espectáculo como Diego Maradona hasta celebridades internacionales como los Rolling Stones. También fue escenario de encuentros reservados con referentes de la política y el periodismo, muchos de ellos en el área que rodea la piscina, el sauna, la cancha de tenis y el quincho, espacios pensados para agasajar a los invitados con la mayor comodidad.
La pileta, de estilo elegante y sofisticado, se funde con el paisaje riojano: un espejo de agua enmarcado por árboles, césped impecablemente cuidado y estructuras de piedra natural que refuerzan su carácter exclusivo. Este rincón, que alguna vez fue sinónimo de descanso presidencial, sigue brillando como una postal imborrable del poder de los años '90.
Aunque la propiedad actualmente está deshabitada, la familia Menem decidió ponerla a disposición del municipio de La Rioja, que hoy organiza visitas guiadas gratuitas de 10 a 18 horas. A través de este recorrido, los visitantes pueden conocer los espacios íntimos y representativos de la vida del exmandatario, así como descubrir la historia que late en cada rincón de esta mansión. La piscina, por supuesto, continúa siendo uno de los espacios más fotografiados y comentados por quienes recorren la casona.
“La Rosadita fue el lugar de encuentro de Menem con importantes figuras del ámbito político, periodístico y mediático durante los años '90”, destacan desde el circuito turístico. Ese legado se mantiene vivo en cada detalle, desde los muebles originales hasta la cancha de tenis, pasando por el horno de barro del quincho y los salones de descanso.