Viene de pasar el verano en Carlos Paz, ciudad en la que se presentó con la comedia dramática Madre hay una sola, junto a Marta González en el Teatro Zorba y por la que se ganó el Premio Carlos a la mejor actriz de la temporada. A la obra ya la habían hecho la temporada pasada en Mar del Plata y también en la calle Corrientes.
Aunque Nancy Anka nunca paró de trabajar en teatro, siempre se la relaciona con Grande, Pa!, el exitoso programa que hizo en los 90 en Telefe con Arturo Puig, María Leal y las chancles. "¿Si me jode que me sigan hablando de ese programa? No, imposible. Aparte es imposible que no suceda eso. Primero, porque no hubo otra cosa que superara ese éxito, al menos en mi carrera. Medía 62 puntos de rating, fue un hito total y no puedo renegar de eso", afirmó en charla con Pronto.
-¿Entonces no te jode que te sigan hablando del tema?
-No, para nada. Forma parte de mi ADN, ya está en mi sangre. La gente lo recuerda con tanto amor y cariño que, ¿cómo me va a enojar o a molestar? No, para nada. Todo lo contrario; con eso me mantienen eternamente joven. Estoy como en el freezer. De Grande, Pa! me hablan en la calle, en el teatro, en las notas, en todos lados. Es lógico que siempre termine hablando de Grande, Pa!
-¿Con Arturo Puig hablás? ¿Cómo te impactó la muerte de Selva Aleman?
-Con Arturo hablo, claro. Fue muy fuerte todo, súper inesperado lo de Selva. Imaginate que fue inesperado para él, mucho más para el entorno. Fue fuerte por el impacto y eso de preguntarte: “Guau, ¿qué pasó?”. Segundo, pensar en él y en toda su vida con ella. Mis padres tuvieron un matrimonio de muchísimos años y vi el impacto para mi mamá cuando mi papá se fue. Entonces, no podía dejar de pensar en eso en el caso de Arturo y Selva. Pensaba en él desde ese lugar. Es fuertísimo de repente encontrarte solo, conociendo medianamente el vínculo que ellos tenían. Tan estrecho, tan unido, tan fuerte.
-¿Lo llamaste?
-Sí, por supuesto y fui a la despedida. Estuve ahí, cuidando también no ser invasiva, cosa que no me gusta. Más allá de que hay un vínculo, esto es diferente y no quería incomodar ni invadir. Estuve ahí, fui y lo acompañé de alguna forma. Cada tanto le mando un mensajito para ver cómo está y que sienta que hay compañía y que uno sigue abrazando. Sé que la extraña muchísimo, ¿y cómo no? La va a extrañar por el resto de su vida y es lógico que así sea.
-¿A Selva la conocías?
-Sí, la conocía por él. Hemos compartido algunas comidas y siempre fue divina. Te dabas cuenta de que era su pilar.
La entrevista completa con Paula Chaves está en la edición digital de marzo de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera haciendo click en este enlace