Antonio Laje encontró en su hogar un espacio de tranquilidad y conexión con la naturaleza. Su casa, ubicada en un barrio residencial, combina una arquitectura contemporánea con elementos naturales que generan un ambiente armonioso y acogedor. Sin embargo, hay un detalle particular que resalta en su jardín y que se convirtió en protagonista: un árbol de ciruelo que no solo embellece el espacio, sino que también aporta múltiples beneficios para la salud.
El periodista, amante de los espacios verdes, diseñó un jardín que invita a la relajación y el disfrute al aire libre. En ese rincón, el ciruelo se destaca con su frondoso follaje y sus delicadas flores blancas en primavera. Este árbol, que puede alcanzar entre 5 y 10 metros de altura, no solo es un adorno natural en su hogar, sino que también le brinda una fruta altamente nutritiva y con propiedades medicinales.
Las ciruelas son reconocidas por sus propiedades digestivas, ya que su alto contenido de fibra ayuda a regular el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento. Pero sus beneficios van mucho más allá. Contienen vitaminas A, C, B1, B2, B3, E y K, así como minerales esenciales como potasio, calcio, hierro, magnesio y zinc, lo que las convierte en un alimento clave para fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la salud en general.
Entre sus múltiples bondades, las ciruelas ayudan a combatir la anemia, ya que su combinación de hierro y vitamina C facilita la absorción de este mineral. También tienen una fuerte acción antioxidante, gracias a los flavonoides que combaten los radicales libres y protegen al organismo del envejecimiento celular.
Además, su consumo regular favorece la salud cardiovascular al prevenir la hipertensión y la arterioesclerosis, al mismo tiempo que contribuye a una buena circulación sanguínea. También protegen la visión, mejoran la digestión, reducen la retención de líquidos y hasta ayudan en el proceso de depuración del hígado, los riñones y los intestinos, favoreciendo la eliminación de toxinas.
Para Laje, su jardín no es solo un espacio decorativo, sino un lugar de bienestar. El ciruelo, además de proporcionar sombra y belleza con sus flores en primavera y sus frutos en verano, es una fuente de nutrición y salud para toda la familia. Al tratarse de una fruta baja en calorías—100 gramos aportan solo 240 calorías—también resulta ideal para quienes buscan mantener un estilo de vida saludable.
Este árbol, que se ha convertido en un símbolo en su hogar, también tiene un fuerte componente emocional. Para muchos, el simple hecho de cultivar un árbol frutal implica cuidado, paciencia y compromiso con la naturaleza, valores que Laje parece haber trasladado a su espacio personal.