Detrás del brillo mediático que envuelve a Nicole Neumann, hay una figura silenciosa, entrañable y profundamente influyente que ha sido clave en su vida: su abuela Petra. Con una presencia firme pero amorosa, Petra no solo es el sostén emocional de la modelo, sino también una inspiración estética, una mentora familiar y un ícono de estilo que trasciende generaciones.
Madre de Claudia Neumann, Petra ha sido una figura central tanto en la infancia como en la adultez de Nicole y su hermana Geraldine. Desde pequeñas, las vestía con saquitos tejidos por ella misma, transmitiéndoles no solo el amor por la moda, sino una filosofía de vida basada en la dedicación, la elegancia y la libertad. "Es muy canchera, siempre está muy a la moda", aseguró Nicole en más de una ocasión, haciendo referencia al refinado gusto de su abuela.
Lejos de limitarse al recuerdo de una infancia estilizada, Petra sigue formando parte activa del presente de Nicole. La semana pasada, la modelo compartió en sus redes una imagen que conmovió a sus seguidores: su abuela desayunando con Cruz Urcera, su hijo más pequeño. “Desayunando con la bisabuela #Petra”, escribió sobre una foto que mostraba ternura, complicidad y una cotidianidad entrañable.
Ese simple gesto bastó para poner nuevamente en el centro de la escena a esta mujer que, con su andar pausado pero firme, ha sabido ganarse un lugar en la vida de su nieta, de sus bisnietos y, ahora también, del público. En un café de estilo moderno, Petra fue fotografiada jugando con Cruz, con una sonrisa que reflejaba su esencia: una mujer elegante, activa, curiosa y vital. Tal como la definió Nicole en una entrevista para Para Ti, Petra es “una mujer elegante, libre y muy sabia”.
El lazo entre ambas no solo se sostiene en los encuentros familiares, sino que también se refuerza con rituales compartidos. Ambas practican yoga por las mañanas, una actividad que las conecta en cuerpo y alma, y que refuerza una complicidad intergeneracional que va más allá de la sangre. Petra, además, ha sido una figura fundamental en la crianza de los hijos de Nicole, participando en celebraciones, cuidándolos y acompañándolos en su crecimiento.
En un entorno como el de Nicole, donde la exposición mediática puede desgastar los vínculos más cercanos, la figura de Petra se erige como un refugio. Fue madrina en la boda de Nicole con Manu Urcera, y su presencia fue uno de los momentos más emotivos del evento. Las imágenes abrazadas, cómplices, con sonrisas sinceras, reflejan una relación profundamente auténtica.
Petra no es solo una bisabuela amorosa ni una figura decorativa en la vida de Nicole. Es un motor emocional, una referencia estética y una inspiración cotidiana. Su estilo rompe moldes, su actitud desafía estereotipos, y su amor incondicional ha sido clave para sostener a una de las mujeres más observadas del espectáculo argentino.