Embarazada de siete meses y medio, Sabrina Ravelli (39) transita con total placidez su segunda experiencia como mamá. Y tan bien se siente, que se animó a subirse a un avión y se fue de viaje a Europa junto a su marido, Maximiliano Minoli, y su hija Ainhoa (3). Con su familia recorrieron ciudades como Madrid, Amsterdam, Bruselas, Brujas, Mónaco, París, Milan, Venecia, Florencia y Roma y, de regreso en la Argentina, la modelo y actriz compartió con Pronto su álbum de viaje y sus sensaciones.
“Fue soñado; la pasamos increíble. Cada dos días cambiábamos de país y fue re divertido. Todo salió súper bien, todo re organizado y nunca nos perdimos un vuelo ni un tren”, contó Sabrina. “A la nena le fascinaba subir a los aviones, cambiar de hoteles, recorrer lugares nuevos y siempre íbamos a distintas plazas a jugar al menos una hora por día con ella así no se aburría. Salió todo espectacular”, aseguró la modelo.
-¿Te la bancaste bien con la panza?
-Sí, re bien porque viajé justo cuando estaba entrando en el sexto mes de embarazo. En Europa transité todo el sexto mes de gestación y volvimos cuando estaba entrando en el séptimo. Me caminé todo, tenía mucha energía y me sentí espléndida. Ahora que estoy de siete y medio, ya siento la pesadez de la panza. Cambió todo rotundamente.
-¿Cómo marcha tu segundo embarazo?
-Perfecto. Ya tengo la nena y ahora se viene el niño. Ahora en junio Ainhoa cumplirá los cuatro años y unos días después, en julio, nacerá el segundo. Tengo fecha para el 3 de julio y estoy re contenta.
-¿Cuándo supiste que era un varoncito?
-Enseguida porque cuando quedé embarazada, mandamos a hacer el test pre natal, que se envía a los Estados Unidos y ellos te hacen la devolución a los pocos días. A los cuatro días me llegaron los resultados, en los que se informaba que el bebé no tenía ningún problema y me revelaba el sexo. Así que a las diez semanas de embarazo, supimos que era varón.
-¿Era lo que querías?
-Sí. Al principio, con mi pareja pensábamos que se venía otra nena y nos parecía divertido así podían jugar las dos a los mismos juegos y de grandes ser más compinches. Pero cuando dijeron que era nene, nos encantó la idea porque va a ser una experiencia totalmente nueva y diferente. ¿Sabés que hice? Me puse a regalar toda la ropita que tenía guardada de Ainhoa. ¡Tenía un placard entero!
-¿Regalaste todo?
-Sí. Yo pensaba que iba a tener una segunda niña pero cuando supimos que era nene, me puse a regalar todo. Doné todo y arranqué a comprar todo de cero en color celeste.
-Si ya regalaste todo lo de nena, ¿doy por hecho que cerrás la fábrica?
-Sí, creo que sí, que con dos hijos está bien. Me encantan los niños pero tengo ganas el día de mañana de tener más tiempo para mí y recuperar mis espacios y mi libertad. Soy muy madraza y estoy muy pendiente de mi nena, así que quiero también recuperar mis tiempos. Igual uno nunca sabe las vueltas de la vida. Por ahora, supongo que me planto con dos hijos pero si a futuro llegara un tercero, se comprará de cero nuevamente.
-¿Notás diferencias entre tus dos embarazos?
-Sí, muchísimas. El embarazo del nene me resultó totalmente distinto, mucho más armónico. En el de Ainhoa tuve náuseas, acidez y vómitos hasta el día de parir. Y con este no tuve absolutamente nada. Lo llevé super bien e incluso pudimos viajar a Europa sin problemas. Nos pasamos caminando todo el mes, con mucha energía e incluso ahora que estoy de siete meses y medio, sigo entrenando sin problema. Súper bien lo llevo.
-Con Ainhoa recuerdo habías subido muy poco de peso.
-Sí y estaba preocupada. Tenía el percentil de la nena en 15, que era muy bajo. Entonces, me habían sacado el entrenamiento para no tener déficit calórico. Me dieron reposo y tenía que comer todos los días una rodaja de membrillo porque es el alimento que atraviesa la placenta. Entonces, en el reposo me la pasé comiendo membrillo. Ainhoa cuando nació pesó 3,200 kilogramos y estuvo perfecta. En este caso, venimos re bien.
-¿Qué dice Ainhoa que va a tener un hermanito?
-Su reacción fue hermosa y me arrepiento tanto de no haberla filmado. Ella me venía pidiendo hacía un año que quería tener un bebé y un día, estábamos ya con los resultados en la mano de que estaba todo bien con el embarazo, y se lo contamos. Con Maxi se lo dijimos en pijama de noche en casa y por eso no lo filmamos. “Mami tiene un bebé en la panza y vas a tener un hermanito”, le dije y ella abrió la boca enorme y se quedó en shock. Le empezaron a caer lágrimas de los ojos, me abrazó fuerte, me empezó a besar la panza y me dijo: “Mami, es el regalo más lindo del mundo”. ¡Ella es muy sentimental!
-Qué hermoso momento.
-Ainhoa es re especial, estaba llorisqueando y me decía: “Mami, gracias por este regalo”. Luego llegó la Navidad, a ella Papá Noel le trajo muchos regalitos y algunos al hermanito. “Todo lo que le trajo a mi hermanito para mí es muy especial”, me decía. ¡Yo casi la como a besos! Anoche, incluso, me estaba abrazando y le dije: “Ay, mi amor, sos mi hija favorita”. En eso, me cortó en seco y me respondió: “No, mamá, Giovanni también”.
-¿Se va a llamar Giovanni?
-Sí. Bien italiano, como su apellido: Giovanni Minoli. Al nombre lo elegimos hace tiempo. Con Ainhoa yo pensaba que era nene y quería llamarla Giovanni. Pero fue nena y nos quedó el nombre en el tintero. Ahora que sabemos que es varón, fuimos directo a Giovanni. Nos resultó fácil definirlo.
La entrevista completa con Claribel Medina está en la edición digital de mayo de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera haciendo click en este enlace