Después de más de un mes alejados de la vida pública, los príncipes de Gales eligieron un destino muy especial para reaparecer: la costa escocesa. Coincidiendo con su 14º aniversario de bodas, el príncipe William y Kate Middleton viajaron a la isla de Mull, donde llevaron a cabo una serie de actividades oficiales, pero también se permitieron momentos de intimidad y conexión emocional que no pasaron desapercibidos.
La reaparición, que tuvo lugar el 29 de abril, no fue casual. Ese día se cumplían 14 años desde aquel multitudinario casamiento en la Abadía de Westminster, que marcó el inicio de una de las parejas más queridas de la monarquía británica. Lejos del protocolo frío que suele caracterizar a la realeza, William y Kate decidieron mostrarse relajados, cercanos, e incluso cariñosos, dejando entrever que atraviesan un momento particularmente fuerte como pareja.
Según trascendió, la pareja se alojó en una romántica casa de campo en la isla, y también visitaron Tobermory, un pintoresco pueblo costero con un significado especial para ambos: fue allí donde compartieron momentos importantes cuando eran apenas estudiantes universitarios en 2005. El viaje, entonces, funcionó como una suerte de retorno a sus raíces, con aroma a nostalgia pero también con la frescura de un nuevo capítulo.
“Qué alegría estar de vuelta en la isla de Mull! Gracias a todos por la cálida bienvenida. W & C”, escribieron en su cuenta oficial de Instagram, junto a una foto que emocionó a miles: William y Kate abrazados por la espalda, contemplando un paisaje escocés de ensueño. La imagen, simple pero poderosa, fue interpretada por los medios británicos como un símbolo de esta etapa: una segunda luna de miel que llega tras momentos difíciles, marcados por el delicado estado de salud de Kate.
Desde su reincorporación a la vida pública a fines de 2024, Middleton ha optado por mostrarse más unida a su esposo, y según fuentes cercanas a Kensington Palace, esa cercanía responde a una decisión deliberada: proyectar un reinado basado en la complicidad, la humanidad y la conexión emocional. “En la imagen en la que Kate sostiene las flores con ambas manos, gira su cuerpo hacia Guillermo, reforzando la sensación de complicidad. Le busca continuamente. Esto es muy bonito”, subrayaron los medios especializados.
Durante su paso por la isla, la pareja también cumplió con compromisos institucionales, visitando productores locales, artesanos y representantes de comunidades rurales. Lejos de limitarse a una escapada romántica, los príncipes aprovecharon su estadía para celebrar a las personas del lugar, reforzando su compromiso con las regiones más alejadas de la metrópoli británica.
Testigos que los vieron en la isla relataron una pareja distendida, sonriente y con gestos constantes de afecto. Se los vio tomados de la mano, intercambiando miradas cómplices y compartiendo risas. En el pasado, estas demostraciones públicas de cariño eran poco frecuentes, pero hoy parecen formar parte de un nuevo estilo comunicacional. Desde el Palacio aseguran que William y Kate ya no temen mostrarse enamorados públicamente, especialmente tras haber atravesado momentos de profunda vulnerabilidad.