HISTORIAS PARA RECORDAR

Jorge Rial y Loly Antoniale, a 10 años del adiós: así terminó la tormentosa historia de amor que los unió

Se separaron en junio de 2015. Fue una de las grandes historias de amor del conductor y la mujer que mejor relación tuvo con Morena y Rocío

Por
Escrito en ESPECTÁCULOS el

En junio de 2015, el rumor que venía creciendo a cuentagotas terminó de explotar: Jorge Rial y Mariana “Loly” Antoniale atravesaban una crisis profunda, con separación incluida. No era la primera vez que la pareja enfrentaba turbulencias, pero esta vez el quiebre parecía definitivo. Diez años más tarde, esa historia de amor mediática sigue latente en la memoria de muchos, como uno de los capítulos más intensos de la farándula local.

Todo había comenzado con un mensaje en redes sociales. “¡Ay, Dios, líbrame de todoooooooooooos los males!”, escribió Loly antes de viajar a las Termas de Río Hondo. Aquel tuit fue la mecha de una bomba emocional que explotó días después: la modelo abandonó el departamento que compartía con Rial y sus hijas Morena y Rocío en el Bajo Belgrano, dejando atrás una convivencia que había sido intensa, pública y muchas veces idealizada.

El vínculo había nacido con fuerza. Jorge apostó por el crecimiento profesional de Mariana, gestionando contratos y acompañándola en su ascenso dentro del mundo del espectáculo. En el verano previo a la crisis, él mismo se encargó de negociar su participación en la obra “Los bañeros” en Carlos Paz y no dudó en acompañarla todos los fines de semana. Compartieron cenas familiares, risas junto al lago San Roque, e incluso los turistas los señalaban desde las lanchas con admiración.

En aquel verano de 2014, Loly hablando con Revista Pronto describió como era su vínculo con Morena y Rocío, que por entonces tenían 15 años. "Soy muy perfeccionista y si tengo que retarlas, las reto. No quiero que le contesten mal al padre y esas cosas, típicas del día a día. Quiero que sean ordenadas, que estén bien, que sean amables con la gente", afirmó. Y agregó que hablaba con ellas sobre Rial. "Somos muy compinches y yo me meto mucho, ¡les pregunto todo! Quiero saber todo lo que les pasa y me hacen mucho caso. ¡Las amo tanto! Tenemos  mucha complicidad y hablamos temas de mujeres, que Jorge no se entera. ¿Si él se pone celoso? No. Sabe que las nenas tienen la necesidad de contarle sus cosas a una mujer. Es un gran padre: las deja ser libres y también les está muy encima. Mientras vea bien a las chicas, para él todo está bien. Las deja a ellas decidir a
quién contarles sus temas". 

En esa misma entrevista habló de que estaba feliz de haberse reconciliado con Jorge Rial luego de la crisis que tuvieron entre marzo y junio de 2014. Y habló de lo que representaba el conductor para ella. "Es el amor de mi vida. Primero fue mi amor platónico: lo veía cuando era chiquita por tele en Intrusos y ya me encantaba. Mi mamá se enojaba porque yo le decía a la tele: “Mi
amor, ¡qué hermoso que estás!”. Me atraía físicamente: me gustaba su look,  su altura, su elegancia, su inteligencia, sus manos. Era mi amor platónico, deseaba tener un hombre parecido a Jorge: seguro de sí mismo, protector, distinguido. Jorge es mi amor y por eso vengo de pasar el peor año de mi vida. Sabe que tiene mis sentimientos y mi corazón en sus manos y me dolió muchísimo
separarnos. Es la única persona que me puede realmente. Lo escucho mucho, me llega todo de él: si está contento me hace sumamente feliz, si está triste me bajonea, y si nos peleamos me desgarra  el alma. No podemos despegarnos
ni estar lejos. Nuestra conexión es muy fuerte y somos demasiado intensos. Esa es la base de nuestro amor ".

La hora del final

Pero con el final de la temporada teatral llegó el punto de inflexión. Una gira nacional estaba en camino y Rial le pidió a Loly que renunciara para poder estar más presente en la vida familiar. Ella aceptó. Pero cuando volvió a aceptar presencias y eventos, las tensiones regresaron. A eso se sumaron conflictos internos con las hijas del conductor.

El sueño de la boda, con fecha prevista para septiembre de ese año, quedó suspendido. Nunca se concretó. Aquel proyecto de matrimonio quedó congelado, como tantos otros que no resistieron la presión mediática, la diferencia de ritmos laborales y la convivencia forzada entre familia, fama y amor.

Unas semanas después, Rial comenzaría su relación con Agustina Kampfer. Y Loly Antoniale se alejaría del medio para iniciar una vida de bajo perfil y mucho misterio entre Miami y algunas visitas ocasionales a su querida Córdoba. 

Hoy, a diez años de esa ruptura, esta historia sigue siendo parte del inconsciente colectivo del espectáculo argentino. Como toda gran historia de amor -y de ruptura-, dejó huellas.