A más de seis meses de la muerte de Jorge Lanata, uno de los periodistas más influyentes de la Argentina, su legado continúa generando repercusiones tanto en el plano emocional como en el legal y patrimonial. Uno de los puntos más visibles de esa herencia es su imponente casa en José Ignacio, Punta del Este, una propiedad que no solo refleja el estilo de vida que construyó en sus últimos años, sino que también se convirtió en eje de debate en el reparto de sus bienes.
Bautizada por el propio Lanata como The Old Man & The Sea, en homenaje a la célebre novela de Ernest Hemingway, la vivienda es un oasis de elegancia y tranquilidad, ubicada sobre la ruta 10, con vistas privilegiadas al mar y los médanos. La casa fue adquirida por Lanata en 2020 y combina diseño sobrio, detalles cuidados y una atmósfera que refleja su personalidad. Con una superficie de 333 metros cuadrados construidos en una planta sobre un terreno de 1500 metros cuadrados, la propiedad cuenta con seis ambientes, incluyendo tres dormitorios, una suite principal de gran tamaño, cuatro baños y un toilette, además de pileta y parrilla.
El comedor, con vista directa al mar, se convierte en el corazón social de la vivienda, complementado por una biblioteca y una chimenea que remiten al gusto clásico de su dueño. La decoración fue seleccionada por el propio Lanata, con una mezcla de mobiliario de diseño moderno y piezas con impronta uruguaya. La propiedad, que se vende completamente amueblada, está publicada a la venta por US$2.900.000 en la plataforma de Covello, la inmobiliaria dirigida por Alejandra Covello, una de las brokers más prestigiosas de la región esteña.
A la venta se suma también la posibilidad de alquilarla: la propiedad puede ocuparse durante la segunda quincena de enero por US$20.000, una cifra que la posiciona entre las más exclusivas de la zona. Fuentes del sector inmobiliario reconocen que el precio de salida es “muy competitivo” y que, por sus características, no se espera que los propietarios acepten contraofertas agresivas.
Sin embargo, más allá de las cifras, esta casa es también escenario de una delicada repartición de bienes entre las mujeres más importantes en la vida de Lanata: su última esposa, Elba Marcovecchio, y sus hijas, Bárbara y Lola Lanata. Según explicó el abogado Mauricio D’Alessandro en el programa A la Barbarossa, "corresponde el 33% para cada una de las hijas y otro 33% para Elba. Si hubieran estado casados al momento de la compra, ella se quedaría con el 50%". Este punto, legal pero también simbólico, marca la complejidad del proceso sucesorio que atraviesa la familia.
La propiedad, convertida ahora en una joya codiciada del mercado esteño, representa mucho más que ladrillos y diseño. Fue en este lugar donde Lanata eligió pasar tiempo de descanso y desconexión, lejos del ritmo frenético de la política y los medios. The Old Man & The Sea no es solo una casa de lujo, es un retrato íntimo de quien fue Jorge Lanata en su última etapa: introspectivo, selectivo y en busca de calma.