ENTREVISTA PRONTO

Rodolfo “Alacrán” Samsó: lo bueno y lo malo de su nueva vida en Miami y el clásico del humor al que vuelve

Con humor, anécdotas y mucha realidad, Rodolfo Samsó habló de lo positivo y lo negativo de vivir en Miami y del reencuentro con sus compañeros de Cha Cha Cha. “Ahora lo que estoy disfrutando acá no tiene nombre”, dijo.

Créditos: créditos Joynix Media
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Si algún lector hace rato que no sabe nada de la vida de Rodolfo “Alacrán” Samsó es porque hace poco menos de dos años que el humorista decidió dejar Buenos Aires e intalarse en Miami. Lo suyo no fue huida por la situación económica ni sueño de verano eterno. Fue de vacaciones porque con su familia aman los parques de diversiones y surgieron oportunidades laborales. Allí empezó a reinventarse sin dejar atrás lo que siempre fue. Lo viejo, lo querible, lo que generó risas en los ’90 volvió a hacerse presente, pero ahora con matices nuevos: shows privados, presentaciones, personajes que ya son parte de la historia del humor argentino, y una energía fresca que emociona a quienes lo seguían desde siempre.

Alacrán, que transitó comienzos muy distintos -maestro, verdulero, vendedor de indumentaria— tocó los picos del humor televisivo con VideoMatch, Sin Codificar y el mítico Cha Cha Cha. El humor le abrió puertas que ni él mismo imaginaba, pero lo que más lo moviliza ahora es conectar. Contar, reírse, adaptarse, sentir que cada chiste vale: entiende que el público cambió, que el mundo cambió, y aún así mantiene intacto ese fuego interno que lo hizo un clásico. Ahora vuelve a juntarse con Alfredo Casero y Fabio Alberti para el espectáculo que, con producción de Giuliano Bacchi y Superonova, presentarán el 15 de diciembre en el Movistar Arena.

Toti Ciliberto, Pablo Granados, Sergio Gonal y Alacrán.

—Cuando muchos argentinos quieren irse del país, vos volvés para incorporarte a Cha Cha ¿Lo pensaste bien?

—En realidad ni lo pensé mucho para ir, porque fue dándose así. Yo me fui de vacaciones a Miami, después volví por más tiempo. Me gustan mucho los parques de diversiones, así que con mi familia íbamos a disfrutar de los parques de Orlando, las playas de Miami. En el medio me fueron ofreciendo algún show en Miami, en Orlando también, entonces saqué la visa de trabajo y una cosa se complementaba con la otra. Allá estaba medio retirado, medio de vacaciones y un poco trabajando. Pero fue muy fuerte cuando me ofrecieron lo de Cha cha cha y realmente tampoco lo pensé mucho. Dije “saquemos pasajes. Esta fiesta es impensable dejarla fuera” y ni hablar del reencuentro con los chicos. Fue una algarabía total, así que agradezco muchísimo como se están dando las cosas.

Alacrán vuelve con Cha, Cha, Cha (créditos Joynix Media)

—¿Fue difícil decidir la mudanza a Miami a una edad donde esos volantazos no son tan frecuentes?

—Es verdad. Todavía cuando lo pienso me da vértigo, porque yo pensaba, inclusive en la década del 90, cuando me habían ofrecido trabajo estable en teatro, en algún programa de televisión, y dije, “No, a esta edad no me voy a mudar, ya está, estoy acá”. Siento que me volví más versátil pero sí es verdad que si lo pensaba me agarraba un ataque de pánico. Pero fue sin proponérmelo como se dio todo y realmente hoy estoy contentísimo de cómo se fue dando y ahora lo que estoy disfrutando acá no tiene nombre ¡Gracias!

—Contaste que en tus primeros shows en Miami “no se reían ni los argentinos, no se reían ni los cubanos, ni los rusos”?

—Sí, me acuerdo en algún show que me pregunté, ¿qué está pasando? Realmente daba la sensación que hablaba en ruso para latinos o que hablaba en español y me escuchaba en ruso, porque en alguno no se rió nadie porque evidentemente hay otro ritmo. Yo tengo una manera muy vertiginosa de contar los chistes, muy acelerado, que inclusive acá a veces me dicen ‘andá más despacio’. Así que imaginate allá, que hay realmente otro ritmo, se ríen un poco, no digo todo distinto, pero algunas cosas sí.

Alacran con su esposa decidieron mudarse a Miami (instagram)

—¿Cómo la remontaste?

Tuve que ir puliendo mi humor e ir adaptándolo a la vida y al público de allá. Al ser una ciudad con mucha historia de inmigrante, de argentino radicado, el que más te termina festejando los chistes es el argentino radicado allá, entonces le tenés que hablar de las cosas que nos pasan a los argentinos que viven en Miami. Lo lindo es que a veces hacés un show y todos del país que sean, lo celebran porque me fui adaptando y lo empezaron a recibir con alegría.

—¿Solo chistes de un argentino para argentinos?

-No, más de una vez me enteré que había terminado un show contento pensando que esos “bravos, bravos” venían de un público mayoritariamente de argentinos y resultó que eran dos o tres pero en el show  había 40 cubanos, 10 venezolanos, colombianos. Pensé que era un milagro pero no. Evidentemente el humor es universal, y cuando le vas sacando modismos argentinos y poniendo modismos latinos te empiezan a entender en otros lados. Es cierto que a veces la manera de recibirlo es distinta.

—¿En qué sentido es distinta?

—Me pasó terminar un show, una señora me pidió una foto y me dijo: “mi marido es cubano y hacía mucho que no lo escuchaba reírse tanto” y me dio la mano. Cuando se va, abro la mano y me había puesto un billete de 50 dólares. Me quedé helado pero me dijeron que allá es normal. Se usa mucho que la gente lo haga para agradecerte aún habiendo pagado una entrada. Si no aceptás se ofenden así que alegría, alegría.

Alacrán disfruta mucho de los parques de diversiones de Orlando (Instagram)

—Los argentinos solemos asociar a Miami con playa, ropa de marca a buen precio y gente que trabaja poco y disfruta mucho. Sin embargo, Marcelo Longobardi que vivió ahí contó que las propiedades son carísimas, que la gente vive endeudada y que por eso trabajar es muy hostil ¿Compartís esa visión?

—Las dos visiones son correctas. Sí, es así. De repente llega un chico de 20 años se pone a trabajar de camarero y entre propina y sueldo empieza a ganar 5.000 dólares. Esa cifra le rinde mucho porque puede alquilar algo chico por 1.000 y le quedan 4.000, con eso tiene para pagar la cuota de un auto y realmente lleva una vida que vos decís, ¿cómo? Pero también es cierto que se se mete en una deuda de alquiler de auto alta gama pero anda en una Ferrari. También es verdad que compras una casa de un palo o 500.000 dólares por una cuota relativamente chica, porque la estás pagando a 30 años. Y sí, te endeudás por muchísimo tiempo, pero bueno, hay gente a la que le da muchísimo resultado. De hecho, yo creo que casi todos los norteamericanos han pasado por un crédito de vivienda, porque quizás cuesta pagarlo los primeros años, pero indefectiblemente, aún en dólares, la inflación termina depreciando la cuota y a los 5 años de pagar, ni hablar a los 10 años, es menos que un alquiler.

Uno de los shows donde se presentó en Miami

—Volviendo a tu presente en estas pampas. Por cuatro temporadas fuiste parte del ciclo Cha Cha Cha. ¿Qué hay de nuevo y que de ‘lo viejo funciona’ al sumarte al espectáculo?

—Apenas llegué fui al teatro a ver a los chicos y es impresionante. En el escenario están los hits que vemos en pantalla, esos que te llegan por Youtube por Instagram. Alfredo ya me dijo que quiere meter señora Luna, Alacrán y cosas que se van a ir agregando. Así que de lo que funcionaba va toda la carne a la parrilla.

Fotos, gentileza  Joynix Media. "Cha, cha, cha, especial Navidad" se presentará el 15 de diciembre en el Movistar Arena. Entradas a la venta en la página del estadio.