Sofía Zámolo siempre llamó la atención por su mezcla de belleza con secretos bien guardados. Protagonista de portadas de revistas, publicidades y figura de la televisión cuando estar en pantalla era estar en todos lados, de la rubia sin embargo, poco y nada se sabía de sus amores. Y de los dos que trascendieron con uno hubo escándalo y polémica y con el otro tres casamientos y una historia de amor que todavía perdura.
En 2004, una conocida revista publicó una serie de fotos que mostraban a Zámolo con el tenista argentino que arrasaba en el ranking mundial, David Nabaldian. El problema era que la relación se mantuvo en paralelo con el noviazgo que él mantenía con Victoria Bosch, por lo todo desembocó en un escándalo.
La modelo estaba enganchadísima pero como contó años después “Éramos chicos, teníamos 20, 21 años. Para mí estábamos de novios pero él estaba en una situación que fue y volvió con su novia de antes”. Las rispideces impidieron que el amor avanzara: “No terminamos mal. Bue, a nadie le gusta enterarse de ciertas cosas, como mujer no está bueno, pero terminamos bien. Después entendí que éramos chicos y que nadie se salva ni de la muerte, ni de los cuernos...Él estaba enfocado en su carrera y lo entendí y lo respeté desde ese lado”.
De sus otros amores jamás se supo, solo una vez dio una pista en el programa Incorrectas y encima con información bomba: los compartió con Luciana Salazar. “Con el primero estuve de novia dos años, cuando yo tenía 20, era jovencita, fue hace mucho. Lo había conocido en un partido de polo. Era muy súper atractivo. Luli se portó mal porque ya la conocía de los desfiles, pero el que se portó peor fue él. Cometió el error de dejar la computadora abierta en la casa que compartíamos. Les había mandado un mail a sus amigos contándoles con lujo de detalles sobre el encuentro que tuvo en el departamento de ella, en Núñez”, contaba en el 2019.
Y del otro señor compartido decía “El segundo no me ca.., pero no puedo decir nada porque me puedo comer un juicio penal. No es conocido. Antes de ponerme de novia con él, había estado un par de veces con Luciana. Cuando nos separamos, volvió a estar con ella”.
Pero la vida tenía otros planes. A José Félix Uriburu lo conoció cuando ella tenía 13 años y él, 16. “Dejamos de vernos durante muchos años hasta que empezó a seguirme en Instagram, me mandó un par de mensajes y debo confesar que yo tardé en contestarle porque soy muy colgada con los mensajes y me tomé mi tiempo para responder. Después Le di mi teléfono, hablamos y al poco tiempo nos cruzamos en una fiesta asi que ahí charlamos más tranquilos”, contaría en Para Ti.
El conocido se transformó en amigo y el amigo en gran amor. Para el Mundial de Brasil 2014, , él estaba en San Pablo con un grupo de amigos y ella con una amiga. Tenían que ir a ver la final a Río de Janeiro y él se ofreció a llevarlas hasta allí. “Pasamos varios días en esa ciudad increíble y con un clima divino…. ¡Era el destino perfecto para enamorarnos!”.
Al mes de esos primeros encuentros ya vivían juntos y al año y medio de relación anunciaron casamiento. Y qué casamiento ya que sería triple: Civil, ceremonia en Tigre y meses después Iglesia en Punta del Este.
La boda civil fue en el Registro de la calle Uruguay en la Ciudad de Buenos Aires. La modelo de 33 años se emocionó ante el juez Arturo Bazala, y su novio, de 34, tampoco contuvo la emoción. La ceremonia fue el jueves 24 de noviembre de 2016 al mediodía. Sofía eligió usar el vestido de casamiento que usó su mamá, Cristina, pero remodelado. Libreta en mano se acercaron al Monasterio Santa Catalina de Siena donde un sacerdote amigo los bendijo y luego compartieron un almuerzo con los familiares y amigos más cercanos.
En la tarde del viernes realizaron otro festejo en el country Catalina de Benavídez, hasta donde fue el mismo juez a realizar otra ceremonia simbólica frente a los invitados. Hubo intercambio de alianzas y un cocktail.
La boda religiosa se llevaría a cabo en Punta del Este el 9 de diciembre y la novia explicó por qué. Ese balneario le recordaba a Dieter, su papá, fallecido en 2009. “En el mar de Punta arrojamos sus cenizas. Toda la vida pensé que iba a entrar del brazo de él cuando me casara. Es por eso que hacerlo frente al mar me sirve para tenerlo cerca”.
El día elegido la ceremonia comenzó a las 18. Sofía llegó junto a Charlie, la pareja de su mamá y caminó sobre la pasarela armada sobre la playa. Doscientos invitados entre ellos Lara Bernasconi, Nicole Neumann, Soledad Solaro, Valeria Mazza y Alejandro Gravier e Iván de Pineda la vieron llegar. El momento no podía ser más espectacular con el sol poniéndose sobre el mar en el balneario Bagatelle, en el camino hacia el coqueto barrio de Manantiales.
Ya recién casados comenzó el fiestón que duró hasta las 4 de la mañana. Sofía lució dos vestidos increíbles. El primero una creación de Javier Saiach para la playa y para el salón otro espectacular de Custo Barcelona. Hubo música donde se mezcló el cachengue con la cumbia. Allí algunos se enteraron que Joe, como le dicen al novio lleva el mismo nombre y es descendiente directo de José Félix Uriburu, el militar que condujo el golpe contra Hipólito Yrigoyen.
Emocionada, le contaba a Pronto su profundo amor por Joe. “Estoy muy enamorada, lo conozco desde los trece años, pero nos reencontramos de grandes. Es más, antes ni nos habíamos mirado. Cada cual tenía su vida y vivíamos a la vuelta de la esquina. Estoy feliz de haberme cruzado con Joe, estoy tan enamorada”.
“Me gusta lo cálido y tierno que es, así como su buen humor y alegría. Me encanta ver cómo lucha para acercar adelante su trabajo y a la vez la forma en que me apoya y me alienta para que yo trabaje y siga con mi carrera. Encontré el compañero perfecto”. A casi diez años de las tres bodas, la modelo sigue disfrutando de su gran amor.