REFLEXIONES

15 reglas de convivencia para que tu relación de pareja sea saludable

¿Cuántas veces escuchaste que lo que mata el amor es la convivencia? Hay que ser valiente, poco egoísta y amar mucho para convivir. Son muy pocos los afortunados que se llevan bien en casi todo... Estos 15 puntos son clave para resolver los conflictos, incluso antes de que sucedan.

Escrito en HORÓSCOPO el

Alguien dijo una vez que la decisión más importante de nuestra vida es elegir pareja, más aún que el trabajo, la vocación o la religión. Es que justamente cuando una relación de pareja es sana y fuerte todo lo demás parece menos complicado. Y por el contrario, cuando nuestra pareja enferma, todos los demás aspectos de nuestra vida se resienten. Cuando hay conflictos graves, el campo de batalla es nuestra alma, nuestro cuerpo, chocamos sin protección. No nos damos cuenta de lo importante, en suma, que es trabajar en la salud de nuestra relación de pareja. 

La pareja es por sobre todo un espacio de crecimiento personal, no podemos manejarla con piloto automático. Una de las cuestiones más complicadas es la convivencia: el aumento de los divorcios en tiempos de cuarentena y pandemia, donde muchas matrimonios se vieron obligados a convivir 24/7, es solo un botón de muestra. "Lo peor es que a veces no sabemos qué hicimos mal pero todo se fue arruinando", se escucha en miles de consultorios de psicólogos. 

Estas " reglas" son un humilde aporte. No es palabra sagrada, solo ideas para reflexionar, desde el amor. 

1. Tener presente que el otro es otro, que no le leemos el pensamiento, y suponer de buena fe que no va a ignorar nuestros sentimientos ni nuestras necesidades emocionales si las expresamos claramente. También suponer de buena fe que aquello que diga no es para ofendernos o lastimarnos sino para expresar algo que le pasa. 
2. ¿Amar es ponerse de acuerdo? No necesariamente. Sí es tomar responsabilidad y hacer el esfuerzo. O vivir con las diferencias. 

3. El ego no ama. El ego solo pide. Hay que diferenciar sin embargo las demandas lógicas como los pedidos de ayuda, de contención o compañía, que son legítimos. Evitemos herir a nuestra pareja ignorando sus necesidades, sus dolores o sufrimientos, solo porque no nos gusta hacer lo que necesita. 


4. Pedir muchas veces lo mismo desgasta. No dejemos que el otro nos pida muchas veces algo sin obtener una respuesta válida, no una evasiva o una agresión . 
5. Aceptar al otro como es puede servir si vemos que esa persona es alguien que nos ama, que quiere que seamos felices. No alguien que hiere y jamás se disculpa. Mostramos amor al reconocer que pudimos haber actuado mal ( aunque no estemos de acuerdo) y comprometernos a cambiarlo si nos sentimos capaces. " Soy así" es lo más falso que alguien puede decir :Todos cambiamos.
6. Los gestos de cuidado y de conexión amorosa son valiosos. No están sobreentendidos. Una caricia, un abrazo, una mirada tierna, una sonrisa, no pueden faltar en el día a día. 
7. Mantener limpia toda la casa, sacar la basura, hacer las compras, ordenar y no dejar cosas tiradas no son parte del amor, son parte de un acuerdo de convivencia. Si uno no cumple su parte se siente como una falta de respeto. Cuidar el espacio en que se vive con el otro es parte de la buena educación y eso no es negociable. 


8. Repartir tareas en la casa debe ser un acuerdo, no ser una decisión unilateral. Esa conducta es de control y el control no es amor. 
9. Armar menúes también debe ser un acuerdo, desde la compra. La cocina también. Compartir la mesa es parte importante de la vida en pareja y muchos conflictos internos se expresan en la relación con la comida: debemos saber qué valor le da nuestra pareja a este punto y que no sea un motivo de discusiones.
10. Establecer espacios en la agenda de ambos para las obligaciones y para el tiempo de diversión compartidos. Es muy feo dejar al otro esperando si contaba con nuestra compañía o nuestra ayuda. No podemos pedir que crean que cuentan con nosotros si olvidamos una y otra vez los compromisos. 
11. Si el vínculo ya no es fuerte y  uno de los dos o los dos están cansados, ocuparse.  Eso solo se arregla hablando, compartiendo, buscando soluciones. Cuando optamos por no hablar y alejarnos es porque nos hemos rendido, porque ya no nos importa, o porque pensamos que ya no somos amados. Si por orgullo o falta de ganas no tratamos de salvar una pareja no podemos esperar que nos vaya bien la próxima si la hay: el amor exige que trabajemos en él. 


12. ¿Qué hago si el otro está muy enojado? Primero reconocer que estuve ausente, porque no vi que el otro sufría por mí culpa, no escuché, no actué. Dejé que todo se agravara. Por lo tanto, debo hacer lo que no hice. Escuchar, poner tiempo y energía en esa persona, darle oportunidad de desahogarse, y si aún así no surge el amor, si aún hay hielo y distancia, rechazo y desilusión , entonces tal vez lo mejor sea dejar que el otro se aleje por un tiempo.

13. A nadie le gusta que le muestren sus errores. Sin embargo, la pareja actúa como espejo: Es imposible que no tenga algo de razón en lo que está diciendo cuando nos reclama. Si no hay ganas de mover viejas estructuras por amor, si no estamos dispuestos a ser puestos de cara a nuestras miserias, nuestro amor es débil y nuestro ego demasiado fuerte. 
14. A veces hay personas que están muy enfermas en su personalidad, aunque no sean adictos o pacientes psiquiátricos. Sus viejos traumas son condicionantes de sus relaciones. Entonces, solo buscan repararse a través del otro, que no merece esa tarea. Es muy probable que su vida junto a nosotros sea insatisfactoria, hagamos lo que hagamos.
15. Las palabras hirientes no se olvidan.  Si dañamos con ellas debemos pedir perdón. Esta es una de las palabras mágicas de todo vínculo. 

 

Marisa Cortéz, terapeuta holística.