Cuando nos preguntan ¿De qué signo sos? respondemos con el signo de nuestro SOL, pero este no es nuestro único signo. Conocer el signo de nuestra Luna es fundamental, nos habla de cómo procesamos nuestras emociones, de aquellas cosas que hemos afectivizado en nuestra infancia y que hoy nos siguen condicionando en nuestra vida adulta.
La Luna es, para la Astrología Psicológica, nuestro refugio emocional, y su signo nos hablara de lo que nos hace sentir seguras y protegidas, algo que nos ayuda a entender porque reaccionamos como reaccionamos frente a determinadas situaciones que percibimos como una amenaza.
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Cada una de nosotras tiene una forma instintiva, inconsciente y automática de vivir y experimentar las emociones, y también una forma de reaccionar frente a aquellas emociones que no nos gustan o nos hacen sentir incomodas. Desde la mirada terapéutica de la Astrología sabemos que existen 4 formas básicas de vivir y procesar las emociones vinculadas al elemento de nuestro signo lunar. Las lunas del elemento Fuego no se sienten amadas de la misma manera que las Lunas de Tierra, así como una luna de Aire no vive su mundo emocional como lo hace una luna de Agua.
Veamos entonces cómo vive el amor cada Luna, y como procesa sus emociones.
Las Lunas de FUEGO, que son las lunas de Aries, Leo y Sagitario
Necesitan moverse cuando aparece una emoción que les genera incomodidad, pasan automáticamente al plano del hacer para no quedarse detenidas en el sentir, ya que estas lunas no se permiten la vulnerabilidad, algo que podría entorpecer sus actividades. Procesan las emociones transformándolas en energía de acción.
Hacer, hacer y hacer será la respuesta automática de una luna de fuego frente a la incomodidad emocional; por eso el enojo, la impaciencia y la competencia suelen ser emociones con las que se sienten cómodas y seguras; porque las empoderan y las ponen en acción. No se permiten conectar con la tristeza, porque las dejaría detenidas, algo que no pueden tolerar, ya que son Lunas que no pueden estar quietas.
Suelen reaccionar de manera impulsiva y les cuesta mucho darse cuenta como sus desbordes o explosiones afectan a su pareja. Viven el amor vinculado a la energía y al movimiento, Lo más importante será poder hacer cosas juntos y no quedarse quietos. Suelen estar dentro de relaciones de pareja muy intensas –desde el plano físico y sexual, no emocional- donde discutir y confrontar de vez en cuando alimenta el fuego.
Las Lunas de TIERRA, signos de Tauro, Virgo o Capricornio
Se refugian en todo lo que pueden tocar, lo concreto, lo estable y lo que pueden percibir con los 5 sentidos. No pueden permitirse emociones que les impidan enfocarse en la realidad, que limiten su capacidad de trabajar y cumplir metas y objetivos; ya que su seguridad está vinculada a la seguridad material.
Aman la rutina, suelen ser poco flexibles y los cambios las desestabilizan. Cuando algo las afecta emocionalmente se ponen a ordenar o a trabajar. Se esfuerzan mucho por los que aman y muchas veces se sobre exigen porque les cuesta mucho pedir ayuda y decir que no, si ya habían dado su palabra o se habían comprometido a hacer algo.
El amor está vinculado a la estabilidad, la seguridad y la rutina. Construir algo juntos y tener proyectos en común. Para una luna de Tierra serán muy importantes las demostraciones de amor físicas, que el otro le cocine, la mime y le haga regalos. Amar es para estas lunas hacer cosas por la persona que aman, desde la dedicación y el esfuerzo. No toleran los cambios y perder la estabilidad material las saca de su centro.
Las Lunas de AIRE, Géminis, Libra y Acuario
Le tienen terror a su mundo emocional, por eso cuando están sintiendo algo que las hace sentir muy incomodas tienden a escaparse al plano mental. Se refugian en la mente y necesitan poder entender lo que les está pasando, desconectándose así del sentir y del plano emocional.
El mecanismo inconsciente de estas lunas es tratar de no experimentar físicamente aquellas emociones que la afectan, intentando racionalizar lo que está sucediendo, tratando de ser objetivas para poder entender lo que pasa y encontrar una solución lógica. Este mecanismo las ayuda a desapegarse de lo que sienten, ya que tomar contacto con la emoci??n es algo muy angustiante para las lunas de Aire.
Son personas muy sensibles, no es que no sientan, sino que se les vuelve intolerable sentir y entonces se desconectan. Es por eso que en las relaciones de pareja pueden parecer más desapegadas y frías. Suelen hablar de lo que les pasa, pero desde lo que creen que están sintiendo y nunca desde lo que sienten.
Les cuesta empatizar con el dolor del otro, por eso cuando su pareja necesita contención rara vez puedan dársela, más bien intentaran explicar lo que sucede y buscar estrategias para solucionarlo. Suelen tomar decisiones pensando cual es la mejor opción para no equivocarse o para no sentir dolor, pero dudan mucho porque están desconectadas de su sentir.
Viven el amor vinculado a la estimulación intelectual, a la mente, a las ideas y a la imaginación. Son lunas que se sienten amadas si pueden dialogar con la pareja y tienen miradas parecidas e ideas en común. Necesitan estar seguras de que no perderán un gramo de su libertad, que no caerán en la rutina y que no habrá exceso de intimidad ni de intensidad emocional.
Las Lunas de AGUA son las lunas de Cáncer, Escorpio y Piscis
Actúan en el extremo opuesto a las lunas de Aire, su centro emocional será su refugio y de lo que intentaran escapar es de racionalizar aquello que sienten. Pueden conectar con su sentir y saben la intensidad de lo que están sintiendo -que muchas veces las desborda- pero no pueden explicar eso que sienten; y se quedan atrapadas en la sensación física que esa emoción les produce.
Les resulta muy difícil explicar lo que sienten, no pueden comunicarlo y esperan que el otro pueda empatizar, conectar de manera intuitiva y darse cuenta de lo que ellas están sintiendo, sin necesidad de explicar nada. Esperan también que el otro pueda contenerlas física y emocionalmente, sin necesidad de poner palabras, para sentirse así seguras y protegidas.
Suelen volverse muy dependientes y apegadas a sus parejas, de las que necesitan contención. Sentirse solas y sin esa contención les genera mucha angustia. El amor es entendido como apego y fusión con el otro, la libertad nada tiene que ver con el amor para estas lunas, que viven el amor vinculado a una conexión emocional profunda.