En nuestra constante búsqueda de armonía y prosperidad en nuestras vidas, a menudo recurrimos a prácticas ancestrales que nos conectan con la energía del universo. Entre estas prácticas, destaca el ritual de la sal, una ceremonia que se lleva a cabo cada último domingo de mes con el objetivo de atraer amor y dinero hacia nuestras vidas.
El último domingo de marzo, marcado este año en el calendario como el día 31, ofrece una oportunidad propicia para llevar a cabo este rito ancestral y recibir toda la energía positiva que nos preparará para iniciar el mes de abril con renovado ímpetu.
Los elementos necesarios para llevar a cabo este ritual son simples y fácilmente accesibles:
- Un vaso con agua.
- Un puñado de sal gruesa.
- Un cuarzo rosado.
El proceso para realizar el ritual de la sal es sencillo, pero requiere de nuestra concentración y fe en el poder de la energía que estamos invocando:
- Vertir la sal en el vaso con agua y mezclarla. Es importante dejarla reposar durante al menos una hora para que la sal se disuelva completamente en el agua, liberando así su poder purificador y protector.
- Añadir el cuarzo rosa al vaso y esperar otros 30 minutos. El cuarzo rosa es conocido por ser una piedra que promueve el amor incondicional y la armonía en las relaciones, por lo que su presencia en el ritual potenciará nuestras intenciones de atraer amor a nuestras vidas.
- Pasado ese tiempo, sumergir las manos en el vaso mientras decretamos nuestras intenciones positivas relacionadas con el amor y la economía. Es importante visualizar con claridad nuestros deseos y proyectar esa energía positiva hacia el agua y la sal.
- Durante el transcurso de esta hora y media que nos lleva realizar el ritual, es fundamental que nos conectemos con nuestros deseos más profundos y que nos permitamos descansar, meditar o simplemente reflexionar sobre las cosas que deseamos atraer hacia nuestro futuro. La concentración y la fe son clave en este proceso, ya que son ellas las que potenciarán la energía que estamos invocando.
Al finalizar el ritual, es importante agradecer a la energía del universo por haber escuchado nuestras peticiones y por haber enviado su bendición hacia nosotros. Podemos verter el agua con sal en la tierra como ofrenda, devolviendo así a la naturaleza la energía que hemos utilizado para nuestro beneficio.