El domingo pasado Meghan Markle y el príncipe Harry dieron una entrevista con la conductora estadounidense Oprah, en donde rompieron el silencio sobre lo que vivieron en los últimos años en torno a la familia real.
La duquesa de Sussex hizo muchas declaraciones contundentes, pero una de las más duras fue cuando contó que hubo conversaciones racistas relacionadas a su hijo Archie, en el momento en que ella estaba embarazada de él. "Hubo preocupaciones y conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel cuando naciera", aseguró.
En las últimas horas, la revista Us Weekly contó que William y Kate quedaron en total shock después de escuchar lo que dijeron Meghan y Harry. Según la publicación lo que más los sorprendió fue "los pensamientos suicidas de Meghan y sus declaraciones sobre un miembro de la familia real que menciona el color de piel de Archie. William y Kate sabían de algunos de sus problemas con los ayudantes de palacio, pero nada en este sentido".
"Todavía desean que no hayan intentado acabar con la familia real... Toda la familia está triste. Las declaraciones son preocupantes, se toman muy en serio y serán abordadas en privado", agrega la revista.
A principios de la semana, la Reina Isabel II lanzó un comunicado refiriéndose a lo sucedido: "La familia entera está entristecida luego de enterarse cuán desafiantes fueron los últimos años para los duques de Sussex, que actualmente viven en Los Ángeles. Las cuestiones planteadas, en particular la racial, son preocupantes. Si bien algunos recuerdos pueden variar, se toman muy en serio y la familia se ocupará de ellos en privado. Harry, Meghan y Archie siempre serán miembros de la familia muy queridos".