A 27 años de su fallecimiento, un dato inesperado sobre Lady Di ha salido a la luz, revelando cómo la actividad física formaba parte esencial de su vida y bienestar. Más allá de su imagen de ícono de moda y carisma, la princesa Diana dedicaba tiempo a su salud y a una rutina de ejercicios que no solo la ayudaba a mantenerse en forma, sino que también impactaba su postura y autoestima.
Cameron Falloon, quien fue su entrenador personal, compartió en una entrevista para Women’s Health Australia los detalles de su enfoque, centrado en la resistencia y la fuerza para mantener su cuerpo fuerte y estilizado, adaptándose a su estilo de vida viajero y a su deseo de bienestar a largo plazo.
Según Falloon, el entrenamiento de la princesa evitaba el cardio intenso, ya que este tipo de actividad podía realizarse más fácilmente en su vida diaria. “Nuestro programa se centró en mantenerla fuerte y en construir músculo magro, lo que tendría efectos más duraderos”, comentó el entrenador, quien ha trabajado con equipos de élite y atletas de alto rendimiento.
Sin embargo, el entrenamiento de Diana no se limitó a la fuerza. Durante cinco años, la princesa también practicó pilates con Carolan Brown, una experta que fue su entrenadora personal de 1989 a 1994, según Vogue España. Brown trabajaba con Lady Di tres veces a la semana en sesiones orientadas a mejorar su postura y fortalecer los músculos del abdomen, cadera, glúteos y columna, una combinación perfecta tras el nacimiento de sus hijos.
La rutina incluía ejercicios icónicos del método pilates, como la bicicleta, la tijera y el “swan dive” o salto del cisne, un movimiento que fortalece la espalda y la flexibilidad.La dedicación de Lady Di al ejercicio era una extensión de su personalidad disciplinada y enfocada en el equilibrio, valores que compartía en cada aspecto de su vida.