Anna Kournikova volvió a ser vista en público después de dos años de absoluto hermetismo, pero su reaparición no pasó desapercibida.
La extenista rusa, de 43 años, fue fotografiada en un exclusivo shopping de Bal Harbour, en Miami, desplazándose en silla de ruedas y con una bota ortopédica en su pie izquierdo, lo que encendió las alarmas entre sus seguidores.
Acompañada por sus amigas y sus hijas, Kournikova se mostró sonriente y relajada, aunque evitó hacer declaraciones sobre su estado de salud.
Según medios estadounidenses, podría haber sufrido una lesión que le dificulta caminar, aunque no hay información oficial al respecto. Su bajo perfil en redes y en la vida pública solo aumentó el misterio sobre su situación.
Considerada una de las figuras más populares del tenis femenino, Kournikova irrumpió en el circuito profesional a los 14 años y rápidamente se convirtió en una estrella.
Si bien no logró títulos en singles, su carrera en dobles fue brillante: conquistó 16 títulos, incluyendo Grand Slams junto a Martina Hingis, con quien llegó a ser número uno del mundo. Sin embargo, una serie de lesiones en la espalda la obligó a retirarse prematuramente a los 22 años.
Desde entonces, se alejó del tenis y del centro de atención mediática, aunque continuó vinculada al mundo del entretenimiento y la moda. En 2001 inició una relación con Enrique Iglesias y juntos construyeron una vida discreta en Miami, donde crían a sus tres hijos: los gemelos Nicholas y Lucy, de 7 años, y Maria, de 4.
A pesar de ser una de las parejas más famosas del mundo, ambos han optado por un perfil bajo y rara vez comparten detalles de su vida privada en redes sociales.