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Qué pasó con los perros de Gene Hackman que sobrevivieron

Tras la trágica muerte de Gene Hackman y Betsy Arakawa, se supo qué pasó con sus perros sobrevivientes.

Escrito en INTERNACIONALES el

Han pasado más de dos meses desde la trágica y sorpresiva muerte de Gene Hackman (95 años) y su esposa Betsy Arakawa (63 años), cuyos cuerpos fueron hallados en su casa de Nuevo México en un estado de "descomposición" y "momificación". Junto a ellos, también se encontraba el cuerpo sin vida de Zinna, su querida perra kelpie australiana. Sin embargo, los otros dos perros de la pareja, Bear y Nikita, lograron sobrevivir, pero su destino fue incierto hasta ahora.

Tras el hallazgo, Bear, un pastor alemán, y Nikita, una mezcla entre pastor alemán y akita, fueron acogidos por Santa Fe Tails, un refugio local de animales, mientras se determinaba qué hacer con ellos. La veterinaria Sherry Gaber, quien cuidó de estos perros durante años y era amiga cercana de Hackman y Arakawa, relató al Daily Mail que ambos canes se mostraron emocionalmente afectados tras presenciar la tragedia. Según Gaber, Bear llegó a apoyarse sobre su pecho en un gesto de consuelo, como si intentara comprender lo sucedido. "Por supuesto, lloré a mares", confesó la veterinaria, destacando lo devastados que quedaron los animales.

Sin embargo, la historia de Bear y Nikita da un giro positivo. Joey Padilla, el dueño del refugio donde fueron temporalmente acogidos, confirmó que ambos perros han encontrado nuevos hogares. "Mi equipo y yo hemos hecho todo lo posible para garantizar que fueran adoptados por las mejores familias, y ya se han comenzado a adaptar a sus nuevas vidas", aseguró Padilla. A pesar de que ambos perros compartieron muchos años con la pareja Hackman-Arakawa, se decidió que fueran adoptados por separado, ya que tienen personalidades muy distintas y pueden beneficiarse de la atención individualizada que recibirán en sus nuevos hogares.

En cuanto a Zinna, la perra que falleció junto a sus dueños, se supo que su muerte fue causada por inanición y deshidratación, sin que se registraran signos de lesiones o enfermedades que pudieran explicar su trágico final. La perra estaba particularmente unida a Betsy, quien la había adoptado de un refugio y la convirtió en su inseparable compañera.

La historia de Bear y Nikita no solo refleja la trágica pérdida de dos seres humanos muy queridos, sino también la resiliencia de sus fieles compañeros de cuatro patas, que han logrado encontrar nuevos hogares donde podrán seguir adelante con sus vidas.