La noticia del fallecimiento de Giorgio Armani conmovió al mundo de la moda y también a Valeria Mazza, una de las modelos argentinas más reconocidas internacionalmente. Apenas se conoció la partida del diseñador, la top model le dedicó un mensaje cargado de gratitud y recuerdos en su cuenta de Instagram.
“Hasta siempre Giorgio, serás recordado por tu estilo, por tus diseños, dejas un sello imborrable en la moda. Yo te despido con un Grazie porque me elegiste, aprendí mucho de tu clase, tu elegancia y tu simpatía. Me hiciste crecer como modelo pero también como persona y profesional. En mi memoria quedarán por siempre cada desfile, cada sonrisa tuya y con el gran amor que hiciste mi vestido de boda”, escribió Valeria, emocionando a sus miles de seguidores.
El posteo estuvo acompañado de imágenes que recorren toda una vida compartida con Armani: desde fotos de una jovencísima Valeria junto a él en los años 90, postales de desfiles donde lucía sus prendas con esa elegancia que la consagró en las pasarelas del mundo, hasta capturas más actuales en las que se los veía sonrientes y en familia, compartiendo momentos entrañables.
En mayo de 1998, Valeria Mazza y Alejandro Gravier celebraron una boda que se convirtió en un hito del glamour argentino. La ceremonia, realizada en la Iglesia del Santísimo Sacramento, fue seguida por una fiesta en el Hipódromo de Palermo, con 1.200 invitados y una cobertura mediática sin precedentes.
Para esa ocasión tan especial, Armani diseñó el vestido de novia de Valeria, un modelo que reflejaba su estilo inconfundible: líneas puras, elegancia atemporal y una delicadeza que realzaba la belleza natural de la modelo. Sin embargo, algunas malas lenguas criticaron el vestio, un solero de líneas simples y sin un gran impacto y decían que aunque era un Armani, la sencillez mostraba que era un vestido de canje. El traje de Alejandro Gravier también fue obra de Armani, quien eligió un conjunto clásico y sofisticado para el novio.
Uno de los detalles que más llamó la atención esa noche fue la galera que Alejandro eligió para completar su look. La pieza, de gran tamaño y de estilo clásico, rompió con las normas habituales de la moda nupcial masculina y se convirtió en un símbolo de la audacia y personalidad del novio. Valeria recordó cómo surgió la idea. “Poco antes de nuestro casamiento, se casó la sobrina de Armani. Como su enlace fue con un inglés, en todas las fotos los hombres llevaban galera. Alejandro le pidió una a Giorgio”, contó.
La respuesta del diseñador fue negativa, explicando que era una tradición muy inglesa. Sin embargo, Gravier insistió tanto que finalmente llegaron a un acuerdo: “Armani le dijo que se la hacía, pero que prometiera no ponérsela. Le enseñó cómo usarla, le explicó que los guantes se llevaban en la mano, y Alejandro dijo que sí a todo”, recordó la modelo. Pero el novio tenía otros planes: “Había alguien en la puerta de la iglesia esperándolo con la galera y, cuando salió, se la puso y enfrentó a toda la prensa así. ¡Tal como él quería!”, rememoró Valeria entre risas.