El 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, principal causa de muerte en las mujeres. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de una de cada 12 mujeres enfermarán de cáncer de mama a lo largo de su vida.
En las últimas décadas, gracias al avance en los tratamientos y la detección precoz la mortalidad ha descendido en un gran porcentaje, especialmente en los países de ingresos elevados.
El Dr. Ernesto Crescenti (MN 50.776), médico, investigador y director del Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti, explicó: “Si hay antecedentes de cáncer de mama en la familia es conveniente que a partir de los 30 años –a parte de los exámenes de rutina efectuados por la propia paciente, mirándose al espejo, tocándose a ver si descubre algún bultito–, una ecografía mamaria. Una vez por año la consulta al mastólogo para un examen clínico y, a partir de los 40 años, además de la ecografía, se impone una mamografía en todas las mujeres, no solamente las que tengan antecedentes”.
El médico hizo hincapié en que “si hay una carga familiar, esos estudios tienen que ser en menor cantidad de tiempo”.
Si los tumores malignos son diagnosticados precozmente, el pronóstico suele ser más alentador. “Dentro de una mamografía se puede detectar tumores incipientes que son curables en la mayoría de los casos, en un alto porcentaje. Es decir, que cuanto antes se detecte la patología, se instituya el tratamiento adecuado, mejor va a ser el resultado”, aseguró el Dr. Crescenti.
DETECCIÓN GENÉTICA
Adicionalmente a las consultas de rutina con el ginecólogo y los controles periódicos, quienes tienen antecedente de cáncer de mama pueden hacer la detección genética de los genes BRCA1 y BRCA2 para ver si tienen la predisposición a desarrollarlo.
“Son genes que, sumados a las condiciones ambientales, lo más probable es que el paciente termine con un cáncer, tanto de mama como ginecológico. Por eso en familias, en cuales las madres, abuelas, tías tienen cáncer de mama se impone hacer la detección genética”, dijo el Dr. Crescenti.
DIETA BALANCEADA: PROTEÍNAS, FRUTAS Y VERDURAS
El espcialista destaca que la alimentación influye fundamentalmente en el cáncer de mama que es hormonodependiente y a los pacientes les dice que traten de no ingerir pollo.
“Dentro de las comidas habituales, a los pollos para que maduren antes se los alimenta, sobre todo en la parte inicial, con soja. Cuando se desnaturaliza la soja para que sea una proteína accesible para el ave, se produce un fitoestrógeno, que se incorpora a la carne del pollo y si el paciente tiene un cáncer de mama hormonodependiente va a favorecer el desarrollo de la enfermedad. Por eso, en los pacientes que tengan cáncer de mama que sea hormonodependiente está contraindicada la ingesta de pollo, salvo que sean pollos de campo, pero que prácticamente es muy difícil conseguirlo”, recomendó el Dr Crescenti.
En tanto, el médico agregó: “Es aconsejable una dieta balanceada rica en proteínas, vegetales (sobre todo los de color verde que son ricos en antioxidantes), frutas (sobre todo cítricos que son ricas en vitaminas y minerales) y que sea saludable. Evitar los envasados, en lata. Elementos naturales, frescos y balanceados”.
Mamógrafo Móvil
Esta iniciativa de AVON- LALCEC apunta a brindar la posibilidad de la realización de mamografías gratuitas a personas en edad de riesgo y sin cobertura médica. Desde su inicio, hace más de 20 años, el mamógrafo móvil lleva 250.000 kilómetros recorridos, 600 localidades visitadas, 160.000 mamografías gratuitas realizadas y 4.500 casos diagnosticados. Para más información ingresar a https://www.lalcec.org.ar/
Antes del estudio no se debe aplicar desodorantes ni talcos en mamas ni axilas para que la zona esté lo más limpia posible. El procedimiento, que implica la compresión de las mamas, consiste en la realización de 4 placas y, en el caso de quienes tengan prótesis, 6, señalan desde LALCEC.
“El tema del dolor es muy subjetivo (…) Es altamente tolerable y la compresión dura segundos, no es que está comprimida un minuto completo. Para nosotras a mayor compresión, mejor es la precisión del estudio y menos dosis de radiación va a recibir la persona”, explica Ana Laura González (M.N. 24789), técnica en diagnóstico por imagen de LALCEC.
La dosis de radiación que se utiliza en la mamografía, al ser un tejido poco denso, es muy baja y no puede generar daños a la paciente en otros órganos. El estudio suele durar, incluyendo las preguntas básicas para la historia clínica, como máximo 20 minutos.