NUEVOS ESTUDIOS

Cuáles son las secuelas físicas y cognitivas más habituales en casos graves de COVID-19

Una investigación realizada a partir del teleseguimiento de personas recuperadas de cuadros severos de coronavirus determinó que los efectos del virus a mediano y largo plazo impactan fuertemente en el paciente, su familia y en la sociedad en general.

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En tiempos en los que el mundo comienza a pensar en la pospandemia, se dieron a conocer las conclusiones preliminares de un informe desarrollado por una empresa de medicina prepaga sobre personas recuperadas de infecciones graves de COVID-19.

El estudio consistió en hacer, desde el mes de enero y de manera mensual, el teleseguimiento de 70 pacientes, de los cuales el 80% son hombres; el 47% tienen entre 45 y 65 años; y 43% entre 18 y 45 años.

Este seguimiento permitió detectar que las personas que sobreviven a cuadros graves “tienen mayor riesgo de desarrollar las formas subagudas o crónicas, denominado Síndrome Post COVID-19, con deterioro físico, cognitivo o mental, que puede persistir por meses o años, con gran impacto en la calidad de vida y en la familia”, explica la doctora Flor Ledesma, jefa de Telemedicina de Medifé.

“Sobre las limitaciones físicas, el informe arrojó resultados que hay que seguir de cerca: el 37% de los pacientes recuperados de la fase aguda manifestó tener problemas para realizar actividades de la vida diaria y el 3% era incapaz de trabajar, estudiar, hacer tareas domésticas, actividades familiares o las realizadas durante el tiempo libre”, advierte Ledesma. Luego, agrega que “más del 50% informó sentirse fatigado, débil, con falta de aire, preocupado o ansioso por su estado de salud”.

De acuerdo con el teleseguimiento, el 34% de los pacientes indicó la persistencia de síntomas pese a que algunos tenían más de 12 semanas del egreso de Unidad de Terapia Intensiva. Es decir, que las secuelas se extienden en el largo plazo, más allá de los tres meses.

Por otro lado, un tercio de los pacientes manifestaron transitar ansiedad, depresión y trastorno por estrés postraumático, condiciones que también afectan a los familiares y cuidadores de los pacientes.

Al respecto, Ledesma afirma que frente a estos efectos -que abarcan deterioro físico, mental y cognitivo con recuperación lenta y compleja en algunos casos-, “el teleseguimiento ha sido una estrategia acertada, ya que en algunos casos, desde el segundo llamado realizado a pacientes, los médicos han advertido la necesidad de ofrecer consultas con el área de salud mental para acompañarlos de manera integral”.