FIN DE AÑO

¿Cómo cerrar el año sin morir en el intento?

Llega diciembre y con él, una sobrecarga de 'etapas finales' e incertidumbre. La licenciada Analía Forti nos da algunas pautas para evitar el colapso.

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Si algo se olvidaron de enseñarnos, es que decir NO es un derecho que muchas veces no podemos ejercer. El mandamiento social impone: “Dirás a todo que sí porque de lo contrario, serás rechazado, excluido y perderás pertenencia social”. La Licenciada Analía Forti nos explica un poco más sobre esto que le sucede a muchísimas personas.

Son muchos los que, sin ningún cuestionamiento, acatan el mandato y responden en automático “Sí, acepto”. Tantos “sí” forzados ante el peligro de quedarse afuera de algo, van generando una sobrecarga que en el último mes del año deja en estado de colapso emocional a más de uno. Y es natural, porque no podemos todo, ni podemos con todo, no podemos siempre, ni tenemos que poder con todo siempre. Somos humanos, limitados y ese “No” que tememos decir, es un límite necesario que nos preserva de la sobrecarga de exigencias que lleva al estrés de fin de año.

Al factor emocional de los cierres, los finales, las despedidas, los egresos, las etapas que culminan y las celebraciones de las fiestas que se acercan (por cierto más velozmente de lo que siempre parecen estar), se le suma otro estresor que es el factor
“incertidumbre”, en un contexto de pandemia que sabemos aún no ha terminado y un escenario social tensionado por la inseguridad, los apremios económicos y las contiendas políticas que como toda lucha por el poder suele dejar saldos negativos que no colaboran para llegar a final de año con esperanza, sino mas bien abrumados.

Los entornos familiares inician los preparativos de las celebraciones y reuniones de fin de año, en esta oportunidad con mayores razones para exigencias e imposiciones porque “venimos de casi 2 años de encierro, distancia social y alejamiento de familiares”, (que justo es decir, a muchos resultaron dolorosos y a otros una verdadera bendición), sin embargo funcionan como “justa causa” para demandar presencias por este tiempo de ausencias y en este punto los acuerdos y negociaciones familiares pueden tensarse hasta el límite del conflicto. La prudencia siempre es buena consejera y lo recomendable es evitar la confrontación y en todo caso, recurrir a otro tipo de estilo de afrontamiento mas bien evitativos, disuasivos y que no permitan que nadie sienta
que la cuestión es personal.

En ocasiones, un “Este año preferimos esto…” y el próximovemos, o bien “Ustedes sea libres de hacer lo que sientan y no se sientan en el compromiso de tal o cual…”, son frases empáticas que descomprimen momentos de tensión y evitan conflictividad en el ámbito familiar. Poder aceptar que no siempre, no todos, no todos siempre, es una actitud que invita sin imponer, convoca sin oprimir y resulta más motivadora del deseo del encuentro que la exigencia que impone, desconsiderando las necesidades del otro o ignorando sus deseos. No siempre reunirse es el mejor plan cuando el estado emocional no está disponible para el encuentro con esos otros, que muchas veces son vínculos no elegidos y aceptar que en determinado momento alguien no desee reunirse no compromete ni pone en riesgo el afecto que pueda existir en ese vínculo. Sin embargo, si no se respeta el sentir del otro y se le aplica una sanción afectiva por su decisión de no reunirse, el deterioro en el vínculo  está asegurado. Por eso en este tiempo, es propicio reflexionar antes de hablar, dejarse orientar por la prudencia y la empatía, antes que por el autoritarismo y el
ejercicio del poder que pretende imponer la propia voluntad por sobre el deseo o la necesidad del otro.

A pesar de todo, es posible correrse de las exigencias y apelar a una actitud diferente para transitar este mes del año tan arduo para todos. Aquí les dejo algunas estrategias para afrontar el último mes de este 2021 sin quedar extenuados por la autoexigencia ni exhaustos por los compromisos sociales que se nos pretende imponer.

1. Seleccioná los eventos sociales de los que realmente te interesa participar (porque es tu deseo y no por compromiso).
2. Ejercitá el “No” (sin excusas, justificaciones ni explicaciones). Basta con un “Esta vez no, gracias de todos modos por la invitación”, para que el límite resulte amable y respetado.
3. Registrá tus emociones y no te exijas sentir un estado anímico que no sentís (si este tiempo de final de año no te hace sentir feliz no te exijas una alegría que no es real, está bien lo que sientas).
4. No juzgues a los otros con dureza ni te juzgues a vos mismo (respetá y legitimá tu sentir y tus elecciones).
5. Empatizá con los otros, porque todos venimos de transitar tiempos difíciles.

Por último, cuando sientas que no podés más, no te exijas más de lo que podés y si alguien se ofende, enoja o lo toma personal, no te hagas cargo de algo que no te pertenece. El sentir del otro ante tus elecciones, límites y decisiones, es algo que tiene
que resolver el otro y revisar que le pasa con eso. Cuando vos no podés más, es justo ahí donde parás, sin importar lo que piensen los demás. 

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