ADVERTENCIA DE LA FUNDACIÓN CARDIOLÓGICA ARGENTINA

Si tenes presión alta podría ser peligroso que uses ansiolíticos

A las personas con presión arterial elevada no se les debería prescribir esta clase de fármacos, ya que podrían generar efectos no deseados y consecuencias preocupantes en su salud.

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El consumo indebido de psicotrópicos es un problema de salud pública a nivel mundial y muchas personas con ciertas enfermedades no deberían consumirlos. Es el caso de quienes tienen presión alta, ya que tanto las guías nacionales como las internacionales para el manejo de la hipertensión arterial no avalan la prescripción de este tipo de fármacos como tratamiento, y así lo advierte un reciente artículo publicado por la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).

La hipertensión arterial es una enfermedad crónica, que se caracteriza por mantener una presión arterial elevada a lo largo del tiempo. Tiene una alta prevalencia, ya que afecta a más de 1 de cada 3 adultos en nuestro país. Se trata de una afección silente (pues no genera síntomas) y su única forma de diagnosticarla es mediante el registro de la presión arterial.

A pesar de que las guías médicas sugieren medidas higiénico-dietéticas y el uso de antihipertensivos como las principales herramientas para el control de la presión arterial elevada, es llamativamente frecuente el uso de benzodiacepinas -un ansiolítico que actúa sobre el sistema nervioso central- asociado a este cuadro. “Sin embargo, tal prescripción no se encuentra avalada por ninguna guía científica, ni tampoco existe evidencia suficiente para indicar su uso en el tratamiento crónico de la hipertensión arterial”, advierten los expertos de la FCA.

Sin aval científico

“El uso indebido de benzodiacepinas es un problema de salud pública mundial que se asocia con una serie de consecuencias preocupantes. Es por eso que su utilización para indicaciones no aprobadas ni respaldadas por las recomendaciones de las sociedades científicas por fuera del ámbito de la investigación clínica debería ser considerada un mal ejercicio de la medicina”, enfatiza el doctor Jorge Tartaglione, presidente de la FCA.

Por su parte, el médico y mágister en hipertensión arterial, Miguel Schiavone, destaca que la evidencia disponible en cuanto a la utilidad de los ansiolíticos para el manejo de la hipertensión o como tratamiento propiamente dicho es escasa. “Los resultados obtenidos más allá de algunos reportes no son claros, ya que no generan una disminución de la presión arterial como para ser indicados como tratamiento ni como adyuvante. Esto generó que las guías para el manejo de la hipertensión arterial, tanto nacionales como internacionales no lo consideraran”, precisa.

Efectos no deseados

El uso de benzodiacepinas está muy extendido en el país: se estima que el 26,4% de la población de entre 50 y 65 años las utiliza.

“Esto es particularmente problemático dado que los pacientes pueden desarrollar dependencia después de solo unas pocas semanas de uso regular y muchos usuarios a largo plazo experimentan problemas con la reducción de la dosis, que incluyen ansiedad de rebote, náuseas, cambios de percepción y, en raras ocasiones, ataques epilépticos y psicosis”, enumera el médico especialista en psiquiatría Pablo Richly.

“Los efectos relajantes musculares y sedantes de las benzodiazepinas aumentan el riesgo de caídas, particularmente en las personas mayores. También existe una asociación con ciertas infecciones y con un aumento de la mortalidad por todas las causas. Además de los efectos amnésicos a corto plazo, existe evidencia de un impacto a mediano y largo plazo en la cognición, con una creciente fuerte asociación con la demencia”, añade Richly.