UN MAL COMÚN

Cómo se trata la gastritis por medicamentos

Algunas drogas de venta libre pueden erosionar las paredes del estómago, causando un daño que a veces llega a ser grave. También, quienes deben tomar muchos medicamentos por largo tiempo pueden notar que tienen acidez, dolor y el abdomen hinchado. ¿Cómo se puede solucionar?

Escrito en SALUD el

La “gastritis por medicamentos” es cada vez más común y esto se debe en parte a que es producida por algunas drogas que son de venta libre ( especialmente los antiinflamatorios no esteroides como la aspirina, el ibuprofeno, el diclofenac, el naproxeno, por ejemplo) lo que puede favorecer la automedicación y la sobremedicación. También, hay personas que por sus distintas enfermedades toman muchos medicamentos por día, lo que va produciendo daño en las paredes del estómago.

La gastritis por medicamentos puede producirse con una sola toma de un remedio, en algunos pacientes- explica el Dr. Luis Bustos Fernández, ex presidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología – pero lo más común es que la agresión que causan los AINES sea leve y autolimitada, es decir que el mismo organismo la repara. El caso es que si la agresión se repite y no se llega a reparar, una vez que en esa zona se inhibe la citoprotección natural, el mismo ácido que digiere los alimentos pasa a dañar la pared del estómago. Esto causa pequeñas y múltiples lastimaduras superficiales, con síntomas específicos del llamado síndrome ácido sensitivo: acidez estomacal, el ardor y dolor en la boca del estómago, dispepsia, plenitud después de comer relativamente poco y pesadez estomacal.”

En algunos casos, las lastimaduras producen hemorragias internas. “Estas a veces se descubren porque la materia fecal toma color negruzco y aspecto alquitranado si la pérdida es abundante, o porque la pérdida causa una anemia y el paciente sufre cansancio y sensación de debilidad; al controlar el número de glóbulos rojos en un análisis de sangre, aparece una baja en su cantidad”, explica el especialista.

 

Quiénes deben prevenir 

En las personas que reciben un tratamiento largo con antiinflamatorios no esteroides existe el riesgo potencial de desarrollar complicaciones gastrointestinales asociadas.

“Todos los pacientes de riesgo, por ejemplo, los pacientes cardiovasculares que toman la aspirina como antiagregante plaquetario, los que reciben anticoagulantes; y también los ancianos, los que poseen historial de úlcera, los tratados con corticoides, o que reciben dos o más AINE o altas dosis de uno de ellos por dolores reumáticos, deberían hacer un tratamiento preventivo. Puede utilizarse omeprazol u otro medicamento de los llamados inhibidores de la bomba de protones, que son los que disminuyen la producción de ácido en el estómago y dejan que este se repare. La dieta blanca y blanda que se aconsejaba años atrás ya no se recomienda, porque en muchos pacientes causa molestias intestinales y no es efectiva como la medicación,” enumera el Dr. Bustos Fernández.

También hay que tener presente que el omeprazol tiene efectos colaterales. La Sociedad Española de Patología Digestiva advirtió recientemente que el omeprazol solo debería recetarse a personas mayores de 65 años, con antecedentes de enfermedad ulcerosa péptica, que toman antiinflamatorios en altas dosis o combinación de varios, que toman anticoagulantes o corticoides en dosis altas con patología previa grave como cirrosis hepática o insuficiencia renal.

Cuando se consume de forma prolongada, el omeprazol así como los otros remedios que tienen esa acción de bajar la secreción ácida puede disminuir la absorción de calcio, magnesio y vitamina B12, y pueden proliferar infecciones intestinales, osteoporosis y neumonía. La falta de vitamina B12 en el organismo puede incluso bajar la producción de glóbulos rojos y como esta vitamina es antineurítica, pueden empeorar los cuadros inflamatorios como ciática, dolores derivados de hernias de disco o herpes zoster.

Qué hacer para sentirse mejor

Mientras los síntomas ( acidez, dolor, distensión abdominal) estén presentes, lo ideal es evitar alimentos picantes, fritos, mate, miel, dulces muy azucarados y bebidas gaseosas, por ejemplo. Conviene consumir: manzana pelada, calabaza cocida, arroz y pasta, sopas livianas ( se les pueden agregar algas que protegen la mucosa del estomago) y tés de hierbas como manzanilla, cedrón, congorosa e incayuyo.