PREVENCIÓN EN ESPACIOS CERRADOS

Crean un sensor que alerta sobre la propagación del COVID y la necesidad de ventilar

El prototipo fue realizado por investigadores tucumanos y advierte sobre la calidad del aire en interiores.

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En el marco de la segunda ola de COVID-19, una de las recomendaciones principales es evitar las aglomeraciones en espacios cerrados y sin ventilación, ya que se ha comprobado que estas condiciones generan una mayor propagación del virus.

Considerando este escenario –que puede agravarse aún más con la llegada del invierno y la disminución de la recreación al aire libre-, investigadores del Centro de Tecnología Disruptiva de la Universidad San Pablo –T, en Tucumán, desarrollaron un prototipo de sensor que mide la concentración de Dióxido de Carbono (CO2) en tiempo real en lugares cerrados para alertar sobre la necesidad de ventilación y así evitar la propagación del COVID-19.

Según sus creadores, este sensor podría ser instalado en aulas, bares, oficinas, entre muchos otros espacios cerrados hoy frecuentados. Funcionará como un semáforo que con indicaciones lumínicas informará sobre la calidad del aire del ambiente en tiempo real. Por ejemplo, en una situación normal se mostrará una luz verde indicando que el ambiente es seguro. Pero si el espacio comienza a requerir ventilación se mostrará en amarillo, mientras que si el lugar requiere evacuación inmediata se pondrá rojo.

Para los investigadores tucumanos, el valor de concentración de CO2 es el parámetro principal para medir la calidad del aire en interiores, por lo que resulta un buen indicador de la relación hacinamiento/ventilación. A las concentraciones a las que se encuentra habitualmente tanto en el ambiente exterior (aproximadamente 400 ppm) como en el ambiente interior (de 600 ppm a valores superiores a 2000 ppm) se considera como indicador de calidad del aire, ya que la principal fuente de emisión en interiores son las propias personas, siempre que no haya instalados aparatos de combustión.

Al respecto, Augusto Parra, Director del Centro de Tecnología Disruptiva (CTD), explicó que este desarrollo podría cambiar la forma en la que prevenimos el COVID-19, brindando mayor seguridad a las personas que se exponen de forma diaria a lugares cerrados.

“Estamos orgullosos de nuestro sensor y esperamos que genere interés en ser desarrollado y distribuido, definitivamente puede cambiar la forma en la que habitamos los espacios y brindar a comercios y espacios cerrados un mayor entorno de seguridad para sus empleados y visitantes”, aseguró el especialista.