Una de las plantas medicinales más apreciadas en el mundo entero es la lavanda, no solo por su perfume, que se adapta a los ambientes de la casa y la perfumería personal, sino también por sus propiedades beneficiosas para la piel.
La lavanda posee propiedades sedantes, antiinflamatorias, digestivas, antibacterianas, cicatrizante y antisépticas. En cosmética se utiliza como astringente, antioxidante y antimicrobiana. Contiene antioxidantes y otras sustancias que benefician la salud de la piel.
- Por sus propiedades antisépticas y astringentes se utiliza en cremas y productos que ayudan a mejorar diferentes afecciones de la piel como las picadoras, las quemaduras, los eccemas, las heridas. El aceite esencial de lavanda puede aplicarse puro sobre la piel sin dañarla, ya que no es irritante ni cáustico como otros aceites esenciales, y es excelente para cicatrizar quemaduras de las que podemos sufrir con tareas en la cocina.
Su capacidad antioxidante la convierte en un activo habitual de cremas y tratamientos antiarrugas. Contribuye a combatir el estrés en la piel, con su efecto relajante de los músculos. También se utiliza en tratamientos para combatir el acné por sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas. Puede incorporarse en forma de extracto en cremas para pieles grasas, ya que limpia los poros y regula el exceso de sebo.
- También la lavanda puede aplicarse para el cuidado del cabello, al equilibrar el pH del cuero cabelludo. En champúes, contribuye a limpiar en profundidad, reduciendo la grasa, y ayuda a combatir la caspa y la caída del pelo.