CONTINÚA LA POLÉMICA POR LOS DICHOS DE JULIA MENGOLINI

Pediatras alertan sobre los riesgos de la marihuana durante el embarazo

En la Argentina el consumo de cannabis aumentó en la última década. Diferentes estudios científicos aportan evidencia acerca de los efectos adversos en la gestación y la lactancia, lo que puede generar problemas en la infancia y la adolescencia.

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Escrito en SALUD el

Días pasados, la periodista Julia Mengolini confesó en su programa de radio que había consumido marihuana durante todo el proceso de su embarazo, lo que generó fuertes críticas en redes sociales y también en profesionales de la medicina. Concretamente, desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) se emitió un comunicado titulado “Marihuana 0 durante el embarazo y la lactancia”, en el que destaca los riesgos para el bebé asociados al consumo de ese tipo de sustancias.

Lo cierto es que el consumo de marihuana aumentó considerablemente en nuestro país en la última década, convirtiéndose hoy en día en la cuarta sustancia más consumida en la adolescencia y la edad fértil.

“Una de las causas que explican este incremento podría estar en la baja percepción de riesgo que hay en la población general acerca de su consumo, mientras que otro factor podría ser que se confunde el uso de cannabis con fines medicinales con el uso ‘recreacional’, siendo dos productos totalmente distintos en composición y seguridad”, manifestó la doctora Silvia Cabrerizo (MN 103.200), médica pediatra y toxicóloga, miembro del Grupo de Trabajo de Adicciones de la SAP.

Si bien el consumo de cannabis se da mayoritariamente en forma inhalatoria (fumando cigarrillos de marihuana, pipas y vapeadores, entre otros), también se está observando un aumento del mismo por vía oral, en forma de alimentos, como galletas, tortas y u otras preparaciones con cannabis, o mediante la ingesta directa de aceites de cannabis que la gente busca con fines medicinales. Mientras que una tercera vía de ingreso es a través de la absorción cutánea cuando se utilizan preparados de uso tópico.

Los aceites artesanales tienen un riesgo adicional: además de desconocer la composición, no poseen control de calidad, es decir que no se sabe a ciencia cierta la concentración de cannabinoides o si están contaminados con plaguicidas, metales o restos de otras sustancias inherentes al proceso de producción.

Natural, pero con efectos adversos

Uno de los mitos más frecuentes sobre la marihuana es que por ser una planta "la madre tierra no va a dañar a nadie". Lo cierto es que “las plantas tienen principios activos que producen efectos en el organismo y salir de la tierra no asegura que no genere daños”, sostuvo la doctora Marta Eugenia Braschi (MN 89.089), médica pediatra, hebiatra y toxicóloga del Grupo de Trabajo en Adicciones de la SAP.

“Otro mito muy frecuente –prosiguió la doctora Braschi- es que ‘el consumo de cannabis no le puede hacer mal a nadie’: lo cierto es que en las guardias están llegando personas con diferentes grados de intoxicación, incluyendo el síndrome de hiperemesis cannábica, que se caracteriza por vómitos repetidos e intensos que suelen requerir internación y tratamiento, condición que se presenta en consumidores crónicos de marihuana”.

Consecuencias para el bebé

El cerebro humano desde que comienza a formarse en el embrión, presenta receptores para cannabinoides involucrados en el desarrollo neurológico, entre otras funciones, por lo cual el consumo produce que los fitocannabinoides presentes en el cannabis -durante el embarazo y la lactancia- interaccionen con éstos, generando cambios en las diferentes etapas de la vida embrionaria y perinatal. Durante la lactancia se observa la presencia de componentes psicoactivos del cannabis en la leche materna, identificándose también en las heces y orina de recién nacidos y lactantes.

‘Los cannabinoides se unen al tejido adiposo –refiere el documento de la SAP-, lo cual resulta en su acumulación en el organismo y consecuente prolongación de sus efectos. La completa eliminación puede durar hasta 30 días. Existe evidencia de que los cannabinoides y otros componentes del cannabis atraviesan la placenta y se excretan a través de la leche materna y de esta forma, tanto feto como el recién nacido y el lactante pueden verse expuestos a éstos’.

Según el informe de la SAP, estos efectos incluyen:

  • A nivel placentario, disminuye la circulación a través de la arteria uterina y se modifica el aporte de nutrientes.
  • El uso de cannabis en forma fumable genera monóxido de carbono, lo que disminuye el aporte de oxígeno al feto, generando hipoxia (falta de oxígeno).
  • Al fumar cannabis junto con tabaco se registran alteraciones múltiples en placenta y feto, como retraso del crecimiento intra uterino, amenaza de aborto, prematurez y riesgo de muerte súbita del lactante.
  • A largo plazo, el consumo de cannabis durante el embarazo puede asociarse con alteraciones de las funciones ejecutivas, habilidades cognitivas y de comportamiento de niños, niñas y adolescentes.
  • Alteraciones en el razonamiento, la expresión verbal, la memoria a corto plazo, la comprensión del lenguaje, en percepciones visuales, habilidades de la lecto-escritura y modificaciones en las escalas de impulsividad e hiperactividad.
  • Variaciones en el tamaño cerebral en la primera infancia, alteraciones de la conciencia y deterioro en el proceso de succión y de la tonicidad muscular.
  • El consumo de cannabis en el primer mes post parto puede generar alteraciones del desarrollo motor al año de vida.