GRANDES ALIADOS

Beneficios de los frutos secos

Alimentos nobles y versátiles. Fáciles de transportar para comerlos en cualquier momento y lugar. ¿Cuánto se recomienda consumir por día?

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Los frutos secos son grandes aliados para incluir en la alimentación diaria. Se pueden comer solos, con yogures, en ensaladas, en una salsa o como ingredientes para darle un toque especial a cualquier receta dulce o salada. Son fáciles de transportar para consumirlos a cualquier hora, evitar el picoteo y que no necesites recurrir a comprar cualquier cosa en un quiosco cuando te agarra hambre.

Al igual que ocurrió con mucho otros alimentos, durante años existió el mito de que como aportan grasa son malos para la salud y que colaboraban en el aumento de peso. Pero la realidad, es que si bien aportan muchas calorías, contienen grasas saludables, brindan saciedad, dan energía, protegen el cerebro y son beneficiosos para la salud general. Es decir, que vale la pena comerlos. Solo hay que tener cuidado de consumirlos con moderación.

A este grupo de alimentos se le da el nombre de frutos secos porque tienen menos de un 50% de agua. Informes científicos sugieren que mejoran la salud cardíaca y que quienes los consumen a diario tienen una mejor salud y viven más años.

Los frutos secos más conocidos son las almendras, las nueces (mariposa, pecán y de Macadamia), las avellanas, los pistachos y las castañas de cajú. Poseen grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas (ayudan a bajar el colesterol “malo”), aportan fibra, proteínas, vitaminas, ácido fólico, minerales, omega 3, flavonoides, antioxidantes, esteroles vegetales y fitoestrógenos.

Estos alimentos son aconsejables para las personas con diabetes porque no contienen azúcar y son de absorción lenta, para los hipertensos, para quienes tienen problemas cardíacos porque protegen al corazón, para combatir el estreñimiento y para mejorar concentración.

La porción justa

Los profesionales de la salud recomiendan el consumo de frutos secos a diario y los incluyen en los planes alimentarios. La porción justa es de unos 30 gramos por día, que es aproximadamente un puñado. 

Conservación

Los frutos secos se ponen rancios y se humedecen muy fácilmente, por lo que siempre hay que guardarlos en una bolsa, pote o tarro bien cerrados y en un lugar fresco.