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Cuando un adulto mayor oye mal, hay que buscarle solución

La pérdida de audición debida al paso de los años se asocian con el aumento del aislamiento social,  la depresión y hasta en algunos casos, la aceleración de la demencia senil. Qué signos nos indican que aparece este problema y cuáles son las ayudas posibles.

Escrito en SALUD el

¿Es cierto que con el paso de los años no solo podemos perder capacidad visual sino también capacidad de escuchar? Si. Hay soluciones para mejorar la calidad de vida y además, conviene detectar este problema a tiempo.

El doctor Daniel Andrés De la Torre Diamante, otólogo especialista de MED-EL y del Instituto Superior de Otorrinolaringología. l resalta la importancia del diagnostico y tratamiento de la presbiacusia ya que hay estudios que la asocian con el aumento del aislamiento social,  la depresión y hasta en algunos casos, la aceleración de la demencia senil. 

 Según datos de la Organización Mundial de la Salud, a nivel mundial una de cada cuatro personas mayores de 60 años tiene problemas auditivos. “En el caso de los adultos mayores se le llama presbiacusia, que es la pérdida de la audición que comienza a suceder alrededor de los 60 años de edad, y se da por la pérdida de las células sensoriales en el oído interno, por el desgaste natural de los sentidos, como sucede con la visión”, explica

La prevención de la presbiacusia no es posible porque su aparición depende de muchos factores, como el trabajo que se realiza, los traumas auditivos que se pueden haber sufrido y antecedentes familiares, entre otros. Pero es conveniente detectarla a tiempo. “Es pertinente a partir de los 60 años realizar una audiometría por lo menos cada 2 o 3 años y si el paciente tiene alguna sensación de pérdida de audición debe recurrir al otorrinolaringólogo para hacerse un control y solicitar la realización de una audiometría completa”, explica el profesional de MED-EL.

¿Cómo identificar la pérdida auditiva relacionada con el paso de los años?

Estas son algunas situaciones comunes en las personas que tienen desgaste de la capacidad auditiva relacionada con la edad.

 

  • El paciente suele referir que se confunde las palabras, por lo cual escucha, pero no entiende. Ésto se da por la pérdida auditiva en las frecuencias agudas, perdiéndose el “detalle“ de algunas palabras, por lo cual se puede confundir, por ejemplo, casa con cama. 
  • Las voces masculinas resultan más fáciles de entender (porque en general tienen un componente frecuencial más grave, que suele estar conservado) y las voces femeninas son más difíciles de interpretar.
  • Se suele tener la sensación de que la gente murmura durante conversaciones grupales. En contextos auditivos desafiantes es cuando más se dificulta la comprensión (varios hablantes en simultáneo o ruido de fondo). 
  • Se siente sensibilidad a determinados sonidos fuertes, especialmente cuando son de tono agudo.
  • Tendencia a subir el volumen de la radio o televisión pero no consigue entender lo que se está diciendo.

¿Se puede mejorar?

No se puede revertir pero sí, existen soluciones. 

En los casos en que la pérdida auditiva es leve o moderada, los audífonos suelen funcionar correctamente compensando el déficit mediante una amplificación del sonido de manera acústica. “Estos captan el sonido, lo procesan y potencian. Mediante ese estímulo acústico aumentado se mejora el entendimiento y performance auditiva del paciente”, explica el doctor De la Torre. 

Cuando la hipoacusia es de grado severo a profundo, o sea casi total o total, una opción podría ser el implante coclear. Este, es un dispositivo biomédico que permite la amplificación eléctrica en el oído interno y estimula al nervio auditivo. “Es una excelente alternativa para los pacientes con pérdidas importantes de audición. No requiere de una cirugía mayor sino que es segura y el paciente de la tercera o cuarta edad puede ser intervenido con seguridad si se encuentra clínicamente estable” detalla.