La tercera edad puede ser una etapa compleja: el cuerpo sufre modificaciones, las defensas se vuelven más débiles y la mente puede empezar a fallar. El cuidado de la salud, más allá de los medicamentos que indique el médico, cobra un rol fundamental.
“Si bien a medida que avanza la edad el organismo va sufriendo modificaciones, existen prácticas simples que ayudan a regularlas, principalmente, llevar una correcta alimentación y hacer ejercicio físico regular”, aconseja la doctora Valeria El Haj (MN 9929).
La nutrición en la adultez
Uno de los cambios más importantes se manifiesta en el aparato digestivo, en el tránsito intestinal, siendo el problema más preocupante el estreñimiento. Los factores que contribuyen a este cuadro son:
- Efecto de medicamentos que alteran el tránsito intestinal.
- Hidratación inadecuada.
- Sedentarismo e inmovilidad prolongada.
- Bajo consumo de fibras, vegetales y frutas.
- Determinadas enfermedades.
En este sentido, es fundamental consumir cuatro veces al día alimentos variados que contengan proteínas, hidratos de carbono, lípidos, sales minerales y vitaminas, e incorporar periódicamente alimentos ricos en fibras (frutas, verduras y granos enteros). Además, la comida debe ser de preparación simple, estimulante del apetito y de fácil masticación y digestión.
Para llevar a cabo una alimentación adecuada, la doctora El Haj recomienda:
- Ingerir 4 o 5 porciones de leche, yogurt o queso descremados. Estos productos aportan proteínas, hierro, vitaminas, antioxidantes y, fundamentalmente, calcio, que es esencial para mantener la fortaleza en los huesos y prevenir la osteoporosis.
- Reducir el consumo de sal.
- Disminuir el consumo de té o café porque alteran la calidad del sueño.
- Consumir abundantes líquidos (mínimo 2 litros por día). Con el envejecimiento disminuye la percepción de la sed, pero el cuerpo necesita del agua.
¡A moverse!
La mayoría de los adultos mayores puede realizar algún tipo de actividad física adaptada a su nivel de movilidad. Esto previene y propicia el tratamiento de la diabetes, el sobrepeso, la hipertensión arterial, la artrosis y la osteoporosis, favorece la función digestiva, mantiene la masa muscular y mejora la calidad de sueño. Una simple caminata durante 30 minutos a paso constante y sostenido, al menos 3 veces a la semana, resulta muy útil.
Algunos consejos más…
- El cuidado de la piel también es muy importante en esta etapa: se vuelve más seca, pierde elasticidad y se hace más frágil a medida que envejecemos, facilitando la aparición de lesiones e infecciones.
- De igual manera merecen atención los pies, que pueden sufrir daños por causa de enfermedades, la mala circulación y las consecuencias de uñas mal cortadas o el uso de zapatos inadecuados. Los problemas de los pies son a veces la primera señal de problemas de salud como artrosis, diabetes, trastornos neurológicos o circulatorios.
- La salud de los dientes y la boca también es esencial, ya que condiciona la ingesta de los alimentos necesarios para nutrirse.
- En la tercera edad también suele producirse una disminución gradual de los sentidos, entre ellos la audición y la visión, debiendo evitar que estas situaciones lleguen a generar aislamiento social o algún accidente.
- La memoria también se ve afectada ante el proceso de envejecimiento pero mantenerse en actividad ayuda a combatir sus efectos.
- Los adultos mayores deben vacunarse periódicamente para poder prevenir enfermedades infecciosas graves. Además de la vacuna contra el COVID-19, otras indispensables son: Antigripal, Doble Bacteriana Difteria – Tétanos (cada 10 años), Hepatitis B y Antineumocócica.