El Tai Chi es un arte marcial de origen chino que se basa en una serie de posturas que se enlazan unas con otras a través de movimientos fluidos, largos y lentos que se llevan a cabo al compás de la respiración.
Esta disciplina puede resultar muy efectiva para cualquier persona, incluso adultos mayores o con movilidad reducida, ya que sus suaves ejercicios ayudan a aumentar la flexibilidad, el equilibrio, la postura y la fuerza. De hecho, el tai chi está especialmente indicado en personas con artrosis, trastornos de la marcha o del equilibrio, o en quienes han sufrido caídas. Además, puede ser una alternativa al ejercicio para los enfermos con insuficiencia cardíaca crónica, ya que incorpora movimientos aeróbicos, de intensidad baja-moderada, con entrenamiento de fuerza, respiración y relajación.
Beneficios a nivel físico y mental
* Sus suaves movimientos ayudan a ejercitar todas las articulaciones y músculos del cuerpo.
* Es fácil de aprender, se puede iniciar a cualquier edad y no requiere de un equipamiento especial.
* Relaja las tensiones musculares y combate el estrés.
* Reduce el riesgo de caídas y fracturas, ya que mejora el control corporal, la movilidad, y la fuerza, en especial de los músculos del abdomen y de las piernas.
* Incrementa la coordinación, la elasticidad, la resistencia, el equilibrio y la flexibilidad.
* Genera efectos positivos sobre el sistema circulatorio e inmune.
* Mejora la percepción del dolor, pudiendo reducir la cantidad de medicamentos que se consumen.
* Minimiza la fragilidad y la disminución de la masa muscular.
* Favorece el sistema audiovestibular, al mejorar el equilibro y la estabilidad postural.
* Previene el insomnio.
* Ejercita la mente, la concentración y la memoria.
* Disminuye el riesgo de demencias y depresión.
* Contribuye a controlar las emociones y a mejorar la actitud frente a la vida, al estrechar la conexión entre la mente y el cuerpo.
* Favorece la sociabilización y ayuda a disminuir el sentimiento de soledad.
Algunos ejercicios sencillos para practicar
EL TIGRE: Pararse firme con el cuerpo relajado. Doblar las rodillas lentamente y bajar el cuerpo, cargando el peso sobre la pierna derecha. Levantar el talón izquierdo para tocar el tobillo derecho y, al mismo tiempo, llevar las manos a la cintura, con las palmas hacia arriba y mirando a la izquierda. Dar un paso adelante hacia la izquierda, manteniendo el peso sobre la pierna derecha, mientras se llevan las manos mirándose entre sí a la altura de la boca y empujando hacia adelante con las palmas abiertas como garras. Repetir en la dirección opuesta.
EL CIERVO: Pararse firme con el cuerpo relajado. Doblar la pierna derecha y estirar la pierna izquierda hacia adelante con la rodilla ligeramente doblada, poniendo el peso en la pierna derecha. Estirar hacia delante el brazo izquierdo y rotarlo varias veces en dirección opuesta a las agujas del reloj. Repetir adelantando la pierna y el brazo derecho, esta vez rotando en el sentido de las agujas del reloj.
EL MONO: Pararse firme con el cuerpo relajado. Doblar lentamente las rodillas y dar un paso adelante con el pie izquierdo. Al mismo tiempo, levantar la mano izquierda a la altura del hombro, proyectándola hacia adelante como si se estuviera agarrando algo, con la muñeca doblada, formando una garra con la mano. Dar un paso adelante con el pie derecho y repetir los movimientos con el brazo derecha.