El yoga es una disciplina milenaria que se inició como una práctica espiritual, pero se havuelto popular como una forma de promover bienestar a nivel físico y mental. Diversos estudios aseguran que ayuda al manejo del estrés, promueve hábitos saludables de alimentación, sueño y equilibrio.
Su práctica también está recomendada en personas mayores. En este grupo etario, está comprobado que no solo favorece el bienestar general, sino que ayuda a mejorar la condición en personas que padecen o han padecido alguna enfermedad. Por ejemplo, un estudio de intervención para la rehabilitación grupal de personas que padecieron un accidente cerebrovascular (ACV), mostró que el yoga puede ayudar de manera significativa a recuperar el equilibrio.
Otro estudio realizado en la India concluyó que practicar yoga ayudaba a mejorar la habilidad de levantarse de la silla, aumentar la longitud del paso y perder el miedo a caerse.
Con su práctica regular también pueden corregirse muchos de los problemas asociados con la edad como insomnio, mala circulación, problemas digestivos, estimular la flexibilidad muscular y corregir la postura. Ayuda también a tener una actitud más positiva ante la vida.
Más y más beneficios...
La práctica de yoga en la tercera edad puede repercutir positivamente en aspectos físicos psicológicos y sociales, ya que:
- Aumenta la flexibilidad y la movilidad.
- Mejora del equilibrio, reduciendo el riesgo de caídas y lesiones óseas.
- Mantiene la masa y la tonicidad muscular.
- Alivia la rigidez de las articulaciones.
- Disminuye dolores crónicos producidos por enfermedades como artritis, artrosis, dolores reumáticos, inflamación articular, vencimiento de la columna vertebral por desgaste o por mala postura.
- Enseña a respirar correctamente, contribuyendo con la relajación y el alivio de algunas enfermedades de carácter respiratorio.
- Fortalece la memoria, la concentración y minimiza problemas cognitivos y emocionales.
- Combate el sedentarismo.
- Disminuye los niveles de presión arterial si se práctica con regularidad.
- Oxigena y revitaliza los órganos internos gracias a la práctica de la respiración lenta y consciente.
- Reduce el estrés y mejora el estado de ánimo.
- Ayuda a dormir mejor.
- Se puede practicar en grupo, lo que ayuda a la gente mayor a relacionarse con personas de la misma edad y pasar un rato en buena compañía, disminuyendo el sentimiento de soledad.
Práctica con precauciones
Si bien el yoga es considerado una práctica segura, se recomienda precaución en los adultos mayores, ya que pueden ocurrir lesiones. Para reducir riesgos se recomienda:
- Consultar con el médico para que de el apto físico e indique las posturas más adecuadas según su condición.
- Siempre hacer los ejercicios bajo la supervisión de un instructor profesional.
- Si la persona tiene lesiones, cirugías previas, problemas óseos o musculares, informar antes al profesor.
- No forzar el cuerpo y evitar posturas avanzadas como pararse de cabeza, la posición de loto y la respiración forzada.
FOTO: Raimund Feher - Pixabay