Desde hace años, los alimentos congelados se han vuelto un producto imprescindible en la mesa de muchas familias, ya que permiten ahorrar mucho tiempo en la elaboración de las comidas y, al mismo tiempo, disponer de productos frescos y sanos aún cuando no sea la temporada.
Antiguamente, se creía que la congelación alteraba las propiedades organolépticas de los alimentos, pero hoy se sabe que es una excelente técnica de conservación y que, cuidando la cadena de frío correctamente, los productos mantienen todas sus cualidades en cuanto a sabor, olor, color, etc.
Tampoco pierden su valor nutritivo en cuanto a la presencia de vitaminas, minerales y otros nutrientes importantes. A diferencia de los enlatados, los productos congelados no contienen sustancias añadidas como el sodio o el azúcar de las conservas.
Consumir alimentos congelados también puede resultar beneficioso en términos de seguridad e higiene, ya que las bajas temperaturas matan muchos microorganismos y evitan la proliferación de bacterias, a la vez que hacen que la degradación del producto sea más lenta.
Frutas, verduras, carnes crudas o cocidas… casi todos los alimentos se pueden congelar. Y esto también es una gran ventaja a nivel económico, ya que se pueden comprar alimentos de oferta, a bajo precio, y conservarlos en el congelador para poder consumirlo en cualquier momento del año.
¿Comprar ya congelado es una buena opción?
Pero además de los alimentos frescos que podemos congelar en nuestra casa, también existe una amplia variedad en el mercado de productos que ya vienen congelados. De hecho, cada vez es mayor la proliferación de tiendas que se dedican específicamente a la venta de estos productos, como es el caso de QÜEM que ofrece desde comida que ya viene preparada para consumir (pizzas, empanadas, milanesas, hamburguesas, rebozados de pollo, etc.), frutas y verduras sin importar la estación, panificados, pescados, mariscos, hasta postres y helados. Incluso tienen una gran oferta de opciones veganas y aptas para celíacos.
La principal ventaja de los alimentos que ya se compran congelados es su comodidad: son fáciles de almacenar y vienen preparados para ser cocinados o calentados directamente sin que se tengan que lavar o limpiar.
Asimismo, estos productos suelen ser sometidos a la congelación inmediata tras su recolección o producción, lo que impide que comiencen a degradarse, garantizando además la ausencia de microorganismos que pueden resultar nocivos.
¿Qué debo considerar a la hora de comprar congelados?
1. Adquirir únicamente paquetes limpios y sin roturas.
2. Siempre chequear la fecha de vencimiento de los productos.
3. Si se compran en supermercados, deben ser los últimos en ser adquiridos para que permanezcan el menor tiempo posible a temperatura ambiente.
4. No comprar envases con escarcha, que estén blandos al presionarlos o si el producto se encuentre apelmazado, ya que esto podría indicar que en algún momento se ha roto la cadena de frío.
Para evitar este último problema, que podría repercutir en la calidad de los alimentos congelados, la cadena de negocios QÜEM está incorporando los "Frozen Point", un freezer automático con inteligencia artificial que potencia la comodidad del consumidor y acelera la adquisición de los productos. A través del teléfono celular, el comprador escanea el Código QR y solamente toca el botón que dice “abrir puerta” para elegir los productos que desea llevarse y una vez que cierra la puerta del freezer, se genera la transacción económica.