PSICOLOGÍA

Todo lo que debes saber sobre la ansiedad

Los medicamentos para combatirla están entre los más vendidos. Vivimos en un mundo cada vez más acelerado, en donde estamos estimulados por múltiples sucesos y experiencias y a veces nuestros recursos se ven superados. Si ese es el caso, o conoces alguien que sufre, aquí encontraras respuestas.

Escrito en SALUD el

¿Cuántos de nosotros hemos dicho “tengo ansiedad”, “estoy ansioso”, o hemos escuchado de alguien que tuvo un ataque de pánico? La ansiedad parece ser el mal de la época. Pero tal vez no sea tan correcta esta idea:  esta emoción, que como tal forma parte de lo que sentimos todos los seres humanos, se dispara ante situaciones amenazantes reales, nos protege y nos prepara para sobrellevarlas y superarlas. Lo que sí es un problema es cuando la situación amenazante solo existe en nuestra mente, provoca sensaciones desagradables, limita el día a día y las relaciones sociales y no permite nuestra realización como seres humanos.

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"Es importante entender que la ansiedad es un mecanismo de los que nos hacen evitar los peligros para así sobrevivir. Por lo tanto, no es una mala palabra, sino que es la forma que tenemos de vivir y evitar situaciones amenazantes reales. Algunas de las sensaciones que podemos sentir en nuestro cuerpo son palpitaciones, malestar en el pecho, sudoración o agitación, que una vez superada la situación o incluso antes, disminuyen y desaparecen", explica la Lic. Carolina Collia (MN 69656), psicóloga Fundadora y CEO de Talkit, organización de terapia psicológica on line.  "Sin embargo, puede ocurrir que la ansiedad sea desmedida y se dispare frente a situaciones que no son peligrosas, pero que nuestro cerebro evalúa como tales. y nos traiga muchos problemas a nivel emocional y psicológico."

Cuando se vuelve un problema

Las personas que sufren ansiedad viven preocupadas por distintos motivos, con miedos ante amenazas inexistentes y con una fuerte cadena de pensamientos que los perturban sobre cosas que podrían pasar, pero que luego no suceden. "En estos casos- comenta la especialista -  decimos que la ansiedad es patológica. Es decir la ansiedad es desproporcionada al estimulo, y el malestar y los síntomas que se sienten son muy elevados. Cuando esto ocurre, nuestra mente evalúa erróneamente peligros en la realidad que no lo son, generándonos sensaciones intensas y nos llevan a actuar sobre reaccionando, evitando o quedándonos paralizados ante la situación. Puede pasar que la persona viva preocupándose por cosas que podrían llegar a pasar, y que esto las paralice y no las deje llevar adelante una vida en equilibrio."

Las personas que sufren ansiedad consideran que no cuentan con los recursos necesarios para enfrentar esas amenazas, lo cual genera un círculo que se retroalimenta. "A menudo, desarrollan comportamientos evitativos, es decir, evitan determinados contextos o situaciones por miedo a lo que pueda llegar a pasar. Pueden por ejemplo dejar de ir a reuniones sociales y perderse de disfrutar de actividades que tenían y les resultaban beneficiosas, por la ansiedad que les causan.  Cuando nuestra mente está todo el tiempo pensando anticipadamente en lo peor, en situaciones catastróficas, queda muy poco lugar para los pensamientos más amables y buenos en el día a día."

 

¿Qué es lo que me está pasando?

La psicóloga enumera diversas formas en que la ansiedad patológica se manifiesta. "El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por una preocupación excesiva por diversos temas de la vida diaria (salud, seguridad, economía, etc.). Resulta muy difícil controlar dichas preocupaciones y suele haber muy poca tolerancia a la incertidumbre, generando un elevado nivel de malestar que interfiere con la vida. Pueden aparecer síntomas como la inquietud o sensación de nerviosismo, sentirse fatigado, dificultad para concentrarse, tensión muscular, dificultades para dormir", explica. 

Para clarificar los términos, podemos hablar de ataques de pánico o crisis de angustia, pero no de ataque de ansiedad. Este último no existe como terminología en el campo de la salud mental. 

"El ataque de pánico, se caracteriza por sensaciones repentinas de ansiedad y miedo o terror intenso, que alcanzan un nivel máximo en minutos. Estas sensaciones aparecen en el cuerpo a modo de dificultad para respirar, palpitaciones o dolor de pecho. A nivel cognitivo hay pensamientos catastróficos de que algo terrible puede ocurrir. Los ataques de pánico pueden ser repetitivos, a esto lo llamamos trastorno de pánico y a los ataques propiamente dichos, se le suma la preocupación constante por parte de quien lo sufre de que en cualquier momento un ataque puede sorprenderlo, generándole mayor preocupación y ansiedad."

Otro tipo de trastorno de ansiedad muy común es la fobia. "En este caso nos encontramos con un miedo y ansiedad intensos a diferentes situaciones u objetos específicos, y lo que ocurre es que terminamos evitando eso por el temor que nos causa, disminuyendo nuestras posibilidades de acción y de vivencias." Existe una variedad de fobias, por ejemplo a las agujas, a los espacios abiertos, a las multitudes, a volar en avión, a los espacios estrechos y cerrados que se llama claustrofobia, a insectos; algunas son muy raras.

Pero no todo lo que creemos es ansiedad. Por ejemplo, cuando decimos que una persona come mucho por ansiedad. Si ese es su único " síntoma" podría tratarse, no de ansiedad sino de una conducta compulsiva. "No es raro oír que la gente come porque está ansiosa. En algunos casos, las personas pueden sentirse insatisfechas y seguir comiendo más allá del punto de saciedad, debido a su estado de ansiedad. Algunas personas pueden preguntarse entonces si los ansiolíticos podrían ser útiles para reducir la ansiedad que lleva a comer en exceso. Pero desde la psiquiatría se trabaja con la compulsión del comer y se trata con otro tipo de psicofármacos. Los medicamentos con los que se trata son anti compulsivos, para abordar la conducta compulsiva de comer" responde la Lic. Collia. 

 

El camino hacia el bienestar

A veces se nos encienden las alarmas: nos damos cuenta de que nos cuesta mantener la calma o que dormimos mal, que nuestra mente anticipa demasiados escenarios negativos y esto nos saca de nuestra tranquilidad. En este caso, hay muchas cosas que podemos hacer, responde la psicóloga. " Para empezar entender de que se trata, aceptarlo, llevar una vida equilibrada, hacer ejercicio, comer saludablemente, meditar o hacer mindfulness, entre otras cosas."

Cuando no podemos sobrellevarla y nos encontramos con un trastorno de ansiedad, es aconsejable consultar con un profesional de la salud mental, psicólogo o psiquiatra. "Se trabaja desde distintas intervenciones como ejercicios de relajación, exposiciones (esto quiere decir acercarnos a lo que tememos de manera gradual, hasta que no nos cause más miedo); también se trata de desafiar nuestras preocupaciones y pensamientos para resignificarlos y que no nos afecten a nivel emocional; y por supuesto,  reconocer nuestros recursos para superar las situaciones y la ansiedad misma."