Mito 1: solamente tenés asma cuando tenés dificultades para respirar.
Realidad: aún cuando no hay síntomas visibles, las personas con asma tienen una inflamación subyacente de las vías respiratorias. Esta inflamación no desaparece cuando los síntomas se van. Es importante mantener controlado el asma tomando a diario los medicamentos y evitando los desencadenantes de un ataque.
Mito 2: el asma es psicológico
Realidad: el asma es real. Las emociones fuertes como el estrés, llorar, gritar o reír intensamente pueden ser factores que desencadenen o empeoren los síntomas del asma. ya que el aumentar la inflamación intensifican los síntomas, pero no son la causa de la enfermedad.
Mito 3: los síntomas del asma son iguales para todos.
Realidad: el asma puede afectar de una manera distinta a cada persona. Una persona puede presentar silbido al respirar, pecho apretado, o fatiga; mientras que otra persona puede tener tos únicamente. Suele ser bastante fácil reconocer los síntomas de cada uno. Son muy importantes los síntomas de los hijos con asma, para poder acudir a la consulta cuando aparezcan.
Mito 4: El asma siempre es grave.
Realidad: no siempre los episodios asmáticos son graves, o prolongados, o afectan seriamente a los niños. Hay formas leves, que presentan síntomas muy sutiles. Estas también requieren evaluación y tratamiento, ya que esta es la manera de prevenir el empeoramiento de la enfermedad.
Mito 5: las personas que padecen asma deben usar medicamentos solo cuando tienen ataques, ya que producen acostumbramiento y pierden su efecto.
Realidad: hay tratamientos preventivos y de rescate. Los dos son precisos y deben manejarse con control médico . Usarlos cuando corresponde es la única manera de calmar la inflamación subyacente de las vías respiratorias, mantener al paciente libre de síntomas y evitar que el asma empeore.
Mito 6: los niños se curan del asma al crecer.
Realidad: las personas que padecen asma suelen mantener esta condición de por vida. Muchos niños mejoran al crecer y su asma parece desaparecer por completo. Algunos de ellos vuelven a padecerla en la adultez.
Mito 7: los corticoides utilizados para el asma son peligrosos.
Realidad: En todo el mundo se recomienda el tratamiento del asma con antinflamatorios esteroideos (corticoides) inhalados. Al ser administrados directamente en las vías aéreas, y en dosis adecuadas, el riesgo de tener efectos adversos en el resto del organismo es muy bajo, y el beneficio supera ampliamente al riesgo de no realizar el tratamiento. Cuando se usan estos medicamentos, se evita llegar a la necesidad de usar corticoides en pastillas o en inyecciones.
Mito 8: los corticoides utilizados para el asma retrasan el crecimiento.
Realidad: los corticosteroides inhalados no evitan que los niños alcancen su altura normal. En algunos casos, la velocidad de crecimiento puede verse demorada levemente en el tiempo, luego de lo cual, el niño podrá alcanzar su altura adulta normal. El crecimiento, si se ve seriamente afectado en caso de que el chico tenga asma no tratada ni controlada.
Mito 9: si el niño tiene asma, no debe agitarse ni practicar deportes.
Realidad: los deportes y la actividad física no son un impedimento. Al contrario: se recomiendan para mejorar la calidad de vida de estos pacientes. La aparición de síntomas durante la actividad física, ponen de manifiesto que el asma no ha sido controlada adecuadamente.
Mito 10: el asma desaparece cuando uno se muda a un clima cálido y seco.
Realidad: si se toman las medidas ambientales correctas y se utilizan medicamentos con regularidad, las personas con asma pueden vivir cómodamente en cualquier clima que prefieran.
Por el Dr. Julio Nadeo, Médico Pediatra Neumonólogo (MP 6104) - Jefe Unidad Neumonología Pediátrica, Hospital T J Schestakow, San Rafael, Mendoza.
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