Imaginemos la situación: Frente a un texto o una tarea, nos cuesta concentrarnos. Algo que podíamos hacer fácil se hace difícil. Notamos que la atención que podemos poner no alcanza para comprender bien la información, organizarla, cometemos errores al solucionar una cuenta o retener una lista de compras. Como si nuestro cerebro hubiera perdido habilidades que ya tenía. Esto siempre es inquietante.
Si ya pasamos los cincuenta o sesenta años, es inevitable pensar en enfermedades como el mal de Alzheimer o la demencia, " la edad", o un problema vascular que afecta la irrigación del cerebro. Pero... ¿Qué pasa si se trata de un adolescente o un adulto más joven, que notan esto cuando quieren estudiar o trabajar?
Las fallas de atención siempre son un síntoma de algo más y no una enfermedad en sí mismas, por lo que hay que encontrar la causa para poder tratarlas. Se atribuye en muchos casos a los efectos de la vida en pandemia, una combinación de estrés, exceso de pantallas, desmotivación y aislamiento, e incluso se describió la " niebla mental" como un posible efecto post covid, en quienes tuvieron la enfermedad. Lo notable es que estas fallas de atención irremediablemente... nos exigen atención. Hacia nosotros mismos, para entender que está pasando, así el médico puede ayudarnos a encontrar una solución.
Atención y memoria
El dr. Santiago Pigretti, neurólogo del Hospital Central de Mendoza y miembro de de la Sociedad Neurológica Argentina, explica que la atención es una función mental superior, que nos permite enfocarnos en estímulos externos o internos ( como una sensación) y que puede ser focal, muy puntual, o sostenida." De la mano de la atención va la memoria. Si la capacidad de atención baja, no podremos generar recuerdos de calidad ", explica el profesional. " Esta es una de las distinciones del diagnóstico, ver si falla la atención o la memoria, porque están encadenadas. Cualquier situación que influya en la atención genera olvidos, dificultad para concentrarse y en la generación de recuerdos", puntualiza.
¿Cuáles son esas situaciones? El abanico es grande y desgraciadamente frecuente. " Los factores estresógenos, como el estrés laboral excesivo; el uso excesivo de pantallas, la falta de sueño reparador, el consumo de sustancias como el alcohol o drogas de abuso y potencialmente todos los psicofármacos," enumera Pigretti.
Lo que dejó la pandemia
El efecto global de la pandemia de Covid19 aún está estudiándose en cuanto a la repercusión que tuvo en la mente y no solo de quienes se enfermaron, o tuvieron familiares enfermos, sino también en quienes la vivieron con estudio o trabajo digital, aislamiento, miedo e incertidumbre, pérdidas económicas, desarraigo y problemas familiares.
" Por una parte, se describió la niebla mental post covid, que se presenta como una lentitud en los procesos mentales habituales. Su causa sería la inflamación que la misma enfermedad produce en el cerebro y el sistema nervioso en general - apunta el médico- pero quienes no tuvieron covid también estuvieron expuestos a los factores estresógenos que mencionamos. La falta o desorganización del sueño es uno y muy importante; en muchos casos está ligado al uso excesivo de pantallas y al aislamiento. La disminución de producción de melatonina, que es un efecto de dormir poco, desorganiza el ritmo circadiano del organismo y también tiene secuelas en el sistema inmune".
Relacionado con la pandemia, en los últimos años hubo un aumento notable del uso de psicofármacos, incluso sin receta, ya sea para dormir o por estados depresivos o ansiedad. " Los ansiolíticos en general - comenta el neurólogo-, los antidepresivos y los medicamentos para tratar el insomnio e incluso los que se toman para el dolor crónico como la pregabalina, todos pueden causar fallas de atención, entre otros efectos secundarios; por esta razón jamás deberían tomarse sin receta y seguimiento médico. Quienes los toman por una afección deben consultar con su médico si presentan dificultades para concentrarse y disfunciones de los circuitos de memoria, aparte de tomar precauciones para manejar vehículos o hacer tareas peligrosas."
Las causas ocultas
Justamente, la depresión es una de las patologías que causa problemas de concentración y es una queja frecuente de los pacientes que este síntoma no se soluciona aún con el tratamiento con antidepresivos. Lo mismo sucede con los trastornos de ansiedad o pánico. " Hay otras entidades que se manifiestan con dificultades para concentrarse, entre otros síntomas, como el hipotiroidismo, el alcoholismo, algunas anemias, el déficit de vitamina B12, la fibromialgia, entre ellas. Por esto es que no se puede pensar en que es solo el estrés. Incluso, no es raro encontrar personas adultas calificadas como " despistadas" que empeoran ante situaciones determinadas y al diagnosticarlas, se descubre que tienen TDAH ( trastorno de atención e hiperactividad). Hay que investigar toda la persona, no solo sus síntomas a nivel mental", enfatiza el especialista en neurología que aclara: "El TDAH, campo de la neuropsiquiatría, abarca todo un espectro de formas de presentarse y puede estar ligado a otras enfermedades. "
¿Cómo empezar a solucionar la dificultad para concentrarse?
Aparte de consultar al médico para buscar la causa, que determina el tratamiento, hay cosas que podemos empezar a hacer ya mismo. El dr. Pigretti da 4 que pueden tener un efecto espectacular en la salud.
- Dosificar el uso de pantallas, sobre todo por la noche. El tipo de estimulación que producen los dispositivos digitales dificulta conciliar el sueño y genera cambios en el ritmo circadiano, además de ser negativo en muchos aspectos para niños y adolescentes. En ellos, hay que controlar el tiempo que pasan con videojuegos.
- Hacer ejercicio físico regular. Es uno de los pilares del tratamiento no farmacológico del estrés, la ansiedad y la depresión porque genera endorfinas, mejora la irrigación cerebral y el estado general.
- Corregir trastornos del sueño que impidan el descanso. Si existe apnea del sueño, por ejemplo, ésta causa microdespertares toda la noche. Quien ronca fuerte y hace pausas respiratorias no duerme realmente, con las consecuencias imaginables. Si hay un dolor o una patología que obliga a despertar por la noche, debe tratarse.
- Eliminar los tóxicos de la dieta. El alcohol es un tóxico que afecta el cerebro y otros órganos. Si se toman medicamentos sin receta regularmente, hay que tratar de dejarlos porque todo medicamento genera efectos secundarios, como la intoxicación del hígado o los riñones.