El chocolate se ganó un lugar en el corazón del mundo por su sabor y también, por los efectos que tiene en nuestro organismo: no en vano se lo compara con el sexo, en cuanto al bienestar que puede ocasionar... La historia antigua y reciente del chocolate están plagadas, sin embargo, de episodios casi siniestros.
Por ejemplo, aún hoy en día, en países como Nigeria, Ghana o Costa de Marfil se sigue recolectando y secando cacao mediante trabajo infantil, y países como Suiza o Francia han generado leyes para que las empresas chocolateras deban garantizar que su insumo, el cacao, no fue obtenido con abuso o explotación humana.
Al mismo tiempo, organizaciones internacionales de comercio justo insisten en exigir que se dé a los productores mayor participación en las ganancias que genera el chocolate, ya que se calcula que no pasa del 5% del total.
En numerosas ciudades del mundo incluida Buenos Aires hoy existen chocolaterías con la modalidad " bean to bar", es decir, del grano a la barra, con cacao agroecológico americano y altos niveles de calidad en su elaboración. Si bien se trata de un segmento pequeño y gourmet, apunta al comercio justo, no solo a la exquisitez.
Dicho esto, el chocolate es un producto del árbol Theobroma Cacao, que crece en países de América y Africa, continentes donde se encuentran los mayores productores mundiales.
¿Qué sabemos de sus propiedades?
Las almendras del interior del fruto del cacao son ricas en grasas: estas significan hasta un 22% de su composición total en ácidos grasos oleico, palmítico y esteárico entre otros. También son ricas en antioxidantes específicos, con la estructura básica de las catequinas y epicatequinas; polifenoles (principalmente flavonoides) similares a los encontrados en los alimentos vegetales como frutas y verduras y el té.
El cacao posee moléculas capaces de activar el sistema nervioso. Tiene efecto tonificante a nivel circulatorio y mejora la diuresis y alivia dolores neurálgicos. También la presencia de afenitilamina le atribuye propiedades antidepresivas.
Del mismo modo, se ha demostrado posee sustancias que actúan en el cerebro induciendo sensación de bienestar y placer. El chocolate negro con un alto porcentaje de cacao contiene triptofano, un precursor de la serotonina, y ayuda a aumentar el nivel de endorfinas y dopamina, lo que mejora el humor, da sensación de bienestar y relajación, con energía.
Además, logra ralentizar el proceso de envejecimiento y un mejor rendimiento de los procesos cognitivos o mentales, incluido el de la memoria.
Por otra parte, las grasas del cacao favorecen el aumento del llamado colesterol " bueno" y sus antioxidantes actúan como protectores de las arterias y venas.
Su poder reconstituyente es conocido desde los tiempos de los mayas y aztecas, civilizaciones que utilizaron e inventaron el chocolate.