"Tengo 3 hernias de disco, una me está afectando fuerte. Estoy internado con morfina". Con este mensaje, Diego Brancatelli explicaba el motivo de su internación repentina. Muchos hemos escuchado hablar de este problema a nivel de la columna vertebral. ¿Por qué se producen? ¿Tienen tratamiento?
Una hernia de disco es una deformación de uno de los amortiguadores cartilaginosos (discos) que se encuentran entre las vértebras. Un disco espinal tiene un centro (núcleo) suave y gelatinoso encapsulado en un exterior (anillo) más duro y gomoso. Algunas veces llamada protrusión, una hernia de disco ocurre cuando parte del núcleo se empuja hacia afuera a través de un desgarro en el anillo. De acuerdo con el lugar ( a la altura del cuello, de la cintura, por ejemplo) y la severidad de la hernia, puede empujar y comprimir cordones nerviosos, lo que se llama radiculopatía, y esto provoca dolor punzante, entumecimiento y/o debilidad en un brazo o una pierna.
Hay discopatías agudas, donde lo más común es que aparezca un dolor intenso, que impide moverse y requiera atención médica rápida, como es el caso de Diego Brancatelli. Si el tratamiento es exitoso, la hernia se reduce, el dolor disminuye o desaparece. A veces, pueden aparecer molestias fuertes más adelante, porque la lesión derivó en lo que se llama una discopatía crónica.
Sin embargo, muchas personas tienen hernias de disco sin síntomas y descubren que las tienen por un estudio de columna.
¿Se pueden complicar?
Una complicación posible de una hernia de disco es el sindrome de la cola de caballo, o cauda equina, que constituye una emergencia quirúrgica.
La médula espinal termina justo por encima de la cintura. Lo que continúa a través del canal medular es un grupo de raíces nerviosas largas que se asemejan a la cola de un caballo (cauda equina). En pocas ocasiones, el disco herniado puede comprimir todo el canal medular, incluidos todos los nervios de la cauda equina. Pocas veces, puede ser necesaria una cirugía de urgencia para evitar la debilidad o parálisis permanente.
- Empeoramiento de los síntomas. El dolor, el entumecimiento o la debilidad pueden aumentar hasta el punto de dificultar tus actividades diarias.
- Disfunción de la vejiga o de los intestinos. El síndrome de cauda equina puede causar incontinencia o dificultad para orinar, incluso con la vejiga llena.
- Anestesia en silla de montar. Esta pérdida progresiva de la sensibilidad afecta a las áreas que estarían en contacto con una silla de montar: la parte interna de los muslos, la parte posterior de las piernas y el área alrededor del recto.
¿Por qué se producen las hernias de disco?
La mayoría de las personas no pueden precisar la causa de su hernia de disco. Algunas veces, el uso de los músculos de la espalda en lugar de los de las piernas y los muslos para levantar objetos pesados puede causarla, al igual que torcerse y girar mientras levantas objetos. En raras ocasiones, una caída o un golpe en la espalda es la causa.
En la mayoría de los casos se infiere que un disco herniado resulta de un desgaste natural gradual y relacionado con el envejecimiento llamado degeneración discal. A medida que las personas envejecen, los discos se vuelven menos flexibles y más propensos a desgarrarse o romperse, incluso con una tensión o torsión menor.
Hay circunstancias que nos hacen más propensos a sufrir hernias de disco y si se suman varias, el riesgo es mayor:
El peso. El exceso de peso corporal causa estrés adicional en los discos de la región lumbar.
El trabajo. Las personas con trabajos físicamente exigentes tienen un mayor riesgo de padecer problemas de espalda. Los movimientos repetitivos que implican levantar o empujar objetos, inclinarse de costado o girar el cuerpo también pueden aumentar el riesgo de sufrir una hernia de disco. Por ejemplo, correr muebles pesados, tratar de bajar cosas pesadas de estantes altos, levantar cajas pesadas del suelo con una postura inadecuada.
La conducción frecuente. Manejar por muchas horas al día, como en el caso de los camioneros, choferes, etc. predispone a las hernias discales. Estar sentado durante largos períodos, sumado a la vibración del motor del vehículo puede ejercer presión sobre la columna vertebral.
Ser sedentario. Los músculos de la espalda y el abdomen no sostienen adecuadamente, se tensan y aumentan el riesgo. Por el contrario, el ejercicio regular puede ayudar a prevenir una hernia de disco.
También se toman como factores de riesgo tener antecedentes familiares y fumar.
¿Cómo se tratan?
Hay una gama de tratamientos disponibles que se eligen en cada caso. Los episodios agudos a menudo requieren analgésicos potentes y antiinflamatorios, que se inyectan cerca de la lesión mediante un procedimiento que se realiza con control tomográfico llamado bloqueo radicular. Este tratamiento tiene un 60% de efectividad, según algunos especialistas. Es conveniente que pasado el peor momento, la persona afectada con hernias de disco se movilice de acuerdo con sus posibilidades y realice actividad física para fortalecer los músculos.
Otros tratamientos para episodios agudos que están menos difundidos son la ozonoterapia, la acupuntura y la terapia neural cuya ventaja principal es que no utilizan drogas, por lo que se pueden usar sin riesgos de efectos secundarios como gastritis, osteoporosis, diabetes, por ejemplo.
Fuente: Clínica Mayo USA, www.fleni.org.ar