Una planta que se utiliza hace cientos de años en el litoral de nuestro país es una aliada perfecta para sobrellevar sin consecuencias serias aquellas enfermedades virales tan frecuentes apenas comienza el frío. Su nombre en guaraní es ambay. Muy valorada por la medicina natural, su lista de propiedades es extensa pero sin dudas las que más se destacan son las que alivian los estados gripales y bronquitis, la tos del fumador y el catarro.
El ambay es un árbol que puede alcanzar 30 metros de altura, oriundo de la zona de mesopotamia. Sus hojas tienen forma de palma y se secan para elaborar infusiones, jarabes y tinturas. Habitualmente se lo combina con el eucalipto. cuyos acetes esenciales tienen un efecto balsámico en las vias respiratorias, para aumentar la acción expectorante del ambay que es antiinflamatorio, diurético y sedante.
Se utilizan las hojas y brotes secos, a las hojas se le quitan los pecíolos y las nervaduras y se preparan en forma de decocciones o té, colocando las hojas y brotes en un recipiente con el agregado de agua y calentando hasta hervir. Puede ser endulzado con miel o azúcar. Otra forma de prepararlo es elaborando primero un caramelo con azúcar, al que se le agregan las hojas y brotes secos e inmediatamente se completa la preparación con el agregado de agua hirviendo. Esta bebida se consume caliente y es popular.
También, el ambay se toma en infusión. Se toma un puñado de hojas, se desmenuzan o se pasan por el mortero y se las agrega en una taza de agua bien caliente. Al poco tiempo de reposo el agua se torna verde amarillento y está listo para consumir.
Esta infusión se puede consumir unas 3 tazas por día; se recomienda tomar una en ayunas, otras dos horas después del almuerzo y la última antes de ir a dormir. Cuando el cuadro es gripal, la infusión de ambay combinada con jugo de limón es aún más efectiva