Jessie Inchauspé, es una matemática y bioquímica que se ganó el apodo de la “diosa de la glucosa” luego de lanzar su libro “La revolución de la glucosa”, el cual logró ser un betseller traducido en más de 20 idiomas.
La experta se centra en los efectos que tiene la glucosa en la salud de las personas y fue Jimena Barón quien se sumó a los consejos de la francesa de 31 años, muchos de los cuales comparte en sus redes sociales.
Cuando tenía tan solo 19 años, Jessie sufrió un accidente grave durante unas vacaciones con amigos en Hawaii tras saltar de una cascada y dañarse las vértebras, lo cual la llevó a tener que pasar por el quirófano.
“Después de romperme la espalda, empecé a desarrollar problemas físicos, pero también psicológicos, como depresión, ataques de pánico y ansiedad. Estaba realmente mal, no me podía quedar sola”, contó la profesional durante una entrevista con TN.
Durante la entrevista, la joven francesa dio detalles de cómo comenzó su interés por la alimentación: “Me di cuenta de que si no tenés salud, no tenés nada”, recordó quien logró tener una licenciatura en matemáticas y luego decidió hacer una maestría en bioquímica para “entender mejor su cuerpo”.
Jessie estuvo cinco años trabajando en una compañía dedicada a la investigación genética y en 2018 su jefe desarrolló un proyecto sobre sensores de glucosa, lo cual le abrió un panorama nuevo en su interés por la salud.
“La glucosa es la principal fuente de energía de nuestro cuerpo. Pero el tema es su dosificación. Me di cuenta de que cuando más picos de glucosa tenía, peor me sentía psicológicamente. Para mí fue un verdadero hallazgo porque hacía 10 años que me pregunta cómo hacer para sentirme mejor. Esto me ayudó a reconstruir mi salud y luego quise compartir mis hallazgos y así nació la cuenta de IG”, explicó.
La profesional investigó varios estudios sobre nutrición y glucemia y en sus redes sociales comparte fotografías en las que se ve la curva de glucemia la cual definió como “una herramienta de educación muy poderosa”, dijo Inchauspé en la entrevista con TN.
“Los picos de glucosa son aumentos rápidos e intensos de los niveles de azúcar en sangre después de una comida y, aunque los aumentos moderados son normales, los grandes aumentos causan bastantes problemas desde inflamación, envejecimiento acelerado, impacto en las hormonas y en el estado de ánimo, en el sueño y en nuestra salud a largo plazo”.
“Para poder sentirnos mejor, tener menos antojos, tener el cerebro más despejado y, a largo plazo, prevenir o ralentizar el desarrollo de la diabetes de tipo 2 y enfermedades de corazón, reducir el riesgo de cáncer y el riesgo de Alzheimer, tenemos que aprender a controlar el nivel de azúcar en sangre y suavizar las curvas. Es algo muy sencillo y poderoso que podemos hacer por nuestra salud”, comentó.
Las cuatro reglas de Jessie
Jessie explicó que su método no es una dieta, sino una forma para tener una buena salud y para ello expone cuatro reglas: “La idea es aprender cómo y cuándo comer cosas que contengan glucosa para disfrutar al máximo y afectar lo menos posible a la salud”.
La primera regla es “desayuná algo salado en vez de dulce, porque cuando desayunamos algo dulce, creamos un gran pico de glucosa desde el principio del día y eso nos va a desregular nuestra glucemia para todo el día y generar una montaña rusa glucémica que nos va a poner en una situación de antojos y adicción al azúcar”.
La segunda regla indica que se debe respetar un orden al momento de comer: “Es muy importante empezar el almuerzo y la cena con una entrada basada en verduras porque contienen fibras que van a tapizar nuestro intestino y reducir la velocidad con la que las moléculas de glucosa del resto de la comida llegarían al torrente sanguíneo. Podemos seguir comiendo lo que nos gusta, pero al empezar la comida con una entrada con verduras, vamos a poder reducir el pico de glucemia y su impacto físico y mental”.
Su tercera regla recomienda que los antojos se deben reservar para el momento del postre y en su cuarta regla hace hincapié en erradicar el sedentarismo: “Cuando se puede, unos diez minutos de caminata o de actividad liviana después de la comida permite que los músculos absorben cualquier excedente de glucosa que si no hubiese creado un gran pico”.