Silvina Luna, quien debió ser internada en terapia intensiva del Hospital Italiano de Buenos Aires debido a que su insuficiencia renal se complicó con una infección bacteriana, lleva más de diez años padeciendo una insuficiencia renal, como secuela de un relleno estético con polimetilmetacrilato. La conocida figura difundió su historia en las redes sociales y recibió el apoyo de amigos y familiares en este difícil momento.
En el caso de Silvina La justicia ya dictaminó que hubo mala praxis: quien la operó, el cirujano Aníbal Lotocki, fue condenado a 4 años de prisión de cumplimiento efectivo, por lesiones graves y 5 de inhabilitación para ejercer su profesión. Pero la sustancia en cuestión, el metacrilato, fue utilizado en miles de mujeres, con fines estéticos.
Miles de personas se preguntan ¿Si tengo este relleno en mi cuerpo, es peligroso y debo hacer que me lo extraigan? El Dr. Ricardo Hoogstra es especialista en cirugía plástica, estética y reparadora y en rejuvenecimiento facial mínimamente invasivo. Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Miembro Titular de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires, Miembro Correspondiente de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, Miembro Titular de la Asociación Médica Argentina y Miembro de la International Society of Aesthetic Plastic Surgeons. Él explica para Pronto qué es este compuesto polémico.
"El polimetilmetacrilato se utilizaba en cristales para aviación en la Segunda Guerra Mundial - explica el cirujano-y en los accidentes, se comprobó que las pequeñas partículas de la sustancia al entrar los globos oculares no producían reacciones tóxicas ni alérgicas, ni rechazos. Posteriormente la FDA lo aprobó como relleno óseo y más adelante, también lo hizo el ANMAT. Más adelante, impulsado por médicos brasileños, se empezó a utilizar en rellenos faciales, surcos, depresiones en el rostro, correcciones de nariz, por ejemplo. Al principio fue exitoso, cuando se usaba en diluciones bajas."
A pesar de que no se había indicado en grandes rellenos, algunos cirujanos empezaron a utilizarlo. "Se comenzaron a hacer rellenos más grandes en otras zonas del cuerpo como las mamas o los glúteos. Nunca los usé por los riesgos de infección o migración, lo que podía costarle al paciente perder la integridad de una zona muy amplia. Sacar un material extraño no reabsorbible en esas cantidades de un tejido es casi imposible. Pero el efecto adverso fue mucho más allá de lo que podría haberme imaginado."
A Silvina Luna y a otros pacientes "se les colocaron grandes volúmenes de metacrilato, explica el doctor Hoogstra." Aunque no produce alergia, el organismo detecta una sustancia extraña y se produce una alteración del sistema inmune; se empieza a afectar el hipotálamo, con lo que se desequilibra la regulación de la insulina, del calcio... Y esto conlleva a pacientes que se transforman en diabéticos de un momento para el otro, o que tienen una excesiva cantidad de calcio en el organismo, este se empieza a depositar en los tubos contorneados distales del riñón y los ocluyen dañando su capacidad de filtrar, de ahí la insuficiencia renal. "
El médico comenta que atendió pacientes argentinos y extranjeros en los que con el tiempo el metacrilato los afectó. " El metacrilato en el rostro, las mamas o glúteos se transforma en bolas de cristal, como si fuera vidrio. En esa instancia se puede extraer, de debajo de la piel o entre los músculos. Las personas que tengan un relleno facial con poco volumen de polimetilmetacrilato no van a sufrir estas complicaciones, ya que se producen cuando se han inyectado grandes volúmenes. Pero si un paciente siente bolitas duras en alguna de las zonas rellenadas, hay que consultar para hacer una evaluación y si es necesario, un tratamiento. Cada caso es particular e influyen muchos factores como la localización del relleno, si hay lesiones o no, la cuestión estética y la funcional, por ejemplo."