Probablemente quien inventó la cartera nunca imaginó que provocaría alguna consecuencia negativa y estas dificultades fueron creciendo, a medida que evolucionaron los tiempos. Creció el tamaño de las carteras, producto de meter dentro de ellas todo lo que la gente puede sugerir.
Sucede que funcionalmente el esqueleto tiene que operar simétricamente y cuando uno carga carteras o bolsos, nos pesa en un hemicuerpo. Esa simetría se rompe. De hecho, un pequeño peso poco influiría en esto, pero no sucede así cuando la cartera es el receptáculo de todos los elementos perdidos de la familia o del trabajo atrasado de la oficina. Transportar este exceso de peso por un corto trayecto no afecta en su conjunto, pero cuando se trata de largas caminatas se va multiplicando cada vez, hora tras hora e instintivamente uno trata de compensar ese lado con una inclinación hacia el lado contrario, lo que desencadenará inevitablemente dolores en los músculos del cuello y la espalda.
Por otra parte, cabe destacar que las estructuras de los hombros muchas veces lucen caídos, sobre todo en mujeres que tienen exceso de busto, producto de una injustificable vergüenza en personas tímidas e introvertidas que esconden su postura, que no sacan "pecho" a situaciones difíciles y ocultan su personalidad redondeando su columna y sus hombros. En estas personas se produce una suerte de malabarismo para "enganchar" la traviesa cartera, no como causa única, pero si como un ingrediente más que influye sobre los dolores de la columna cervical que da contractura y síntomas tales como cefaleas, por lo general sobre los ojos y en la nuca, mareos de corta duración en los movimientos bruscos en el cuello, adormecimientos de manos nocturnos, zumbidos de oídos, visión borrosa, opresión de pecho, náuseas y hasta disminución de la atención y la memoria. Y por si esto fuera poco, una cartera pesada corta la circulación en la zona del hombro donde se apoya la manija, un combo perfecto para sufrir.
De hecho, la solución para este conjunto de síntomas no pasa por no usar más una cartera, si alivianarla y hacer un tratamiento adecuado para solucionar algún desplazamiento vertebral y la contracción sostenida y permanente de la musculatura cervical. Dicho tratamiento saca al individuo del problema y para que esta solución sea permanente no deberá seguir injuriando la zona afectada.
Es conveniente repartir el peso, la mitad en cada hombro o mano, evitar los pesos excesivos y si no hay más remedio que cargar mucho peso se deberá recurrir a un carry on con buenas ruedas, al mejor estilo azafata de avión.
También se debe inculcar desde chico la filosofía de no esforzar nuestra osamenta ya que vemos permanentemente a los escolares con mochilas repletas de libros, que dan la impresión de llevar el mundo sobre sus espaldas. En niños en etapas de desarrollo cartilaginoso, en plena etapa de crecimiento, es altamente lesivo sobrecargar las articulaciones, lo mismo sucede en mujeres mayores que han pasado la etapa menopáusica que es cuando aparece la temida osteoporosis, con la cual se debilita la estructura de las vértebras y se hacen mayores los riesgos de fisura o fracturas espontáneas, sobre todo en personas que no se controlan adecuadamente. Y por si usted no lo sabía, la mujer pierde en esa etapa el 1% del volumen de hueso por año, por esto no es casual la disminución de la estatura y el encorvamiento que se producen, por eso no agreguemos con carteras pesadas más conflictos a nuestra columna.
La mujer está muy lejos de ser una changadora, el cargar bolsas de supermercado en forma heroica, termina casi siempre en un consultorio traumatológico y la historia demostró que siempre fue más barata una propina para que te ayuden que una consulta médica.
Por todo esto, no busques bolsas o carteras grandes pues inevitablemente se llenan y sos vos quien la tendrás que acarrear, si aún así no lo puedes evitar, debes saber que tu esqueleto requiere que se lo controle y se trate cuando avisa, escúchalo, cuando reclama con dolores, después de todo en una camilla no se usa cartera.