Verlos nos hace agua a la boca. Comerlos es un viaje de ida, porque resultan muy agradables y nos producen un subidón de dopamina. La mayoría de ellos son alimentos procesados por el hombre. Son un punto débil en la intención de comer sano y si bien no hacen daño si los comemos de vez en cuando, cuando lo hacemos regularmente son nocivos.
Un estudio realizado por la Universidad de Michigan a cargo de una de sus profesoras de psicología clínica, Ashley Gearhardt concluyó en una lista que por supuesto, no incluye uno de los alimentos adictivos argentinos más potentes, el dulce de leche, pero bien vale como ejemplo.
¿Qué hace a un alimento más sabroso y apetecible? que contenga grasa, que sea muy fácil de comer por su textura, que contenga azúcares o un toque picante o especiado... La cremosidad es preferible a algo que cueste más masticar, por ejemplo.
Gearhardt es responsable de la que ha llamado escala de adicción a la comida de Yale (Yale Food Addiction Scale, YFAS). ¿En qué consiste? “Mi investigación pregunta: ¿cómo podemos identificar a esas personas que tienen más probabilidades de mostrar una respuesta adictiva a la comida? Para ello, desarrollé esta escala. No utilizamos el peso corporal para identificar a estos individuos, sino los mismos criterios que usaríamos para cualquier adicción. Esto nos da un punto de partida para observar si hay marcadores conductuales, cognitivos o biológicos en el grupo”, explica a raíz del estudio.
Los alimentos más adictivos
La pizza lidera la clasificación. Un trío super aditivo de harina refinada, el queso y las salsas.
La sigue el chocolate, cuya composición sigue siendo objeto de estudio para dilucidar si realmente provoca adicción física o solo psicológica, aunque se sabe que contiene un estimulante ligero, la teobromina.
El glutamato es uno de los mayores culpables de que las patatas chips de bolsa sean las terceras en la lista. este aditivo alimentario, común en la industria, produce un efecto en las papilas gustativas que hace mucho más sabroso cualquier alimento.
Las galletitas, los helados y las papas fritas que se consumen en los locales de comida rápida ocupan los puestos siguientes.
Las hamburguesas, las gaseosas ( aún las diet) las tortas y el queso, que puede generar una marcada adicción por la presencia de la casoformina (una sustancia opioide procedente de la digestión de la caseína de la leche) concluyen esta lista de alimentos adictivos, en el sentido literal de la palabra.