Existen hábitos que pueden acelerar el proceso de envejecimiento y afectar nuestra salud a lo largo del tiempo. No solo a nivel físico, sino también a nivel mental, estas costumbres aparentemente inofensivas restan años a la vida. Algunos de ellos son los siguientes, chequea la lista y comienza a cambiarlos para vivir más y mejor.
Hacer muchas cosas al mismo tiempo: Siempre es mejor centrarse en una tarea a la vez. Realizar múltiples actividades simultáneamente puede afectar la concentración y la salud cerebral. Por ejemplo: conectarse a las redes mientras miras Tv, o trabajas en tareas que exigen concentración.
Niveles altos de estrés: El estrés crónico no solo afecta nuestra salud mental, sino también la salud cardiovascular. Sus consecuencias pueden ser perjudiciales a largo plazo. Es muy conveniente practicar técnicas de relajación muscular, meditación o tai chi, según los expertos.
Fumar: El hábito de fumar provoca deshidratación y manchas en la piel, lo que puede contribuir al envejecimiento prematuro; y eso es solo en el exterior. Fumar quita capacidad respiratoria, por lo que llega menos oxígeno a todo el cuerpo, incluso al cerebro.
Alimentación alta en grasas y alimentos procesados: Una dieta poco saludable puede acelerar el envejecimiento. Las grasas nocivas son las trans y las Omega 6 en exceso, así como las saturadas en exceso. Optar por una alimentación equilibrada es fundamental para mantenernos jóvenes y saludables.
Falta de sueño: No dormir lo suficiente afecta negativamente nuestra salud en general y puede contribuir al envejecimiento prematuro. Numerosos estudios aseguran que la falta de sueño no solo causa accidentes y errores en la vida cotidiana, sino que además produce un desgaste acelerado del organismo.
Vida sedentaria: Permanecer mucho tiempo sin actividad física también es un hábito que nos hace envejecer más rápido. Se pierde rango de movilidad y tono muscular, cambia la postura y se dificulta el retorno venoso. Mantenernos activos es esencial para un envejecimiento saludable.
Exposición excesiva al sol: Los rayos ultravioletas son el mayor de envejecimiento de la piel. Si bien es necesario que nos expongamos para poder producir vitamina D, imprescindible para numerosos procesos vitales, debemos hacerlo con moderación y en lo posible con la protección adecuada.
Consumo excesivo de azúcar: Una dieta rica en azúcares puede afectar la salud y contribuir al envejecimiento prematuro. Al consumir azúcares se produce un estado pre inflamatorio, que aumenta la acción de los radicales libres y genera picos de producción de insulina, una hormona que debe mantenerse equilibrada.
Consumo de alcohol: Una cantidad moderada ( 1 vaso al día) puede ser relativamente beneficiosa, si se trata de vino tinto. Pero en la gran mayoría de los casos las bebidas alcohólicas causan mayor oxidación celular, aumentan el esfuerzo del hígado para eliminar tóxicos y perjudican el cerebro.